indefensión en que los coloca el señor consejero, Javier Imbroda".

"Si hay un punto de consenso científico respecto al Covid-19 es que la distancia social de metro y medio es la única medida que previene del contagio y, así y todo, la Consejería ha anunciado que la vuelta a las aulas en septiembre se hará con la 'vieja normalidad', es decir, con una ratio cercana a los 30 alumnos y en aulas donde apenas hay sitio para pupitres y mochilas", informa el colectivo en un comunicado.

En esas condiciones es "imposible" mantener la distancia social que recomiendan las autoridades sanitarias. "Es una temeridad someter a casi dos millones de alumnos y centenares de miles de docentes y trabajadores de los centros educativos a un riesgo diario justo cuando se aproxime el otoño y se espera que pueda haber repunte del virus".

La plataforma destaca que en esas circunstancias, se pone a toda la Comunidad "nuevamente en riesgo para la salud y nos aboca a un nuevo confinamiento educativo, con las nefastas consecuencias que ello tiene para el proceso de enseñanza". Por ello, las familias de Escuelas de Calor tienen claro que "#AsíNoVolvemos", hastag que ya usa en sus redes sociales "para decir alto y claro que no van a permitir que la Consejería de Imbroda juegue con la salud y la educación de sus hijos".

Por último, el comunicado destaca que Escuelas de calor apoyará la huelga y participará de las movilizaciones que, como parte de la comunidad educativa, se convoquen. "Hay tiempo para planificar adecuada y responsablemente el curso 2020-21, adaptando los espacios disponibles y buscando espacios alternativos que permitan bajar la ratio; no olvidemos que llevamos años en que se han cerrado centros públicos y se han eliminado líneas que bien se podrían recuperar ahora"

La bajada de ratio es una demanda histórica de los colectivos en defensa de la educación pública para aumentar la calidad educativa, pero ahora es, además, "una necesidad sanitaria avalada por la comunidad científica, pediatras y la OMS". Escuelas de Calor considera también que la permanente referencia a la necesidad de conciliar de los padres y madres "no puede servir de excusa" para tomar medidas precipitadas en el ámbito educativo.