Esta apertura coincide con el inicio del horario de verano, que, como todos los años, supone desde el 15 de junio hasta el 15 de septiembre que la atención presencial se prestará por la mañana, de 8.30 a 14.30 horas.

Las zonas de lectura y estudio de las bibliotecas de Pamplona han redistribuido sus puestos para poder cumplir con la distancia de seguridad entre ellos y garantizar así la seguridad de los usuarios.

En total, a partir del lunes se ponen a disposición de estudiantes y toda aquella persona que quiera ojear o disfrutar de una obra en la propia biblioteca 200 puestos, distribuidos de la siguiente manera entre las bibliotecas: 32 en la de la Txantrea, 44 en Iturrama, 31 en Mendillorri, 20 en Milagrosa, 24 en la biblioteca de San Francisco, 22 en la de San Pedro, 18 en San Jorge y 9 en Yamaguchi.

La biblioteca de Etxabakoitz está ultimando la adecuación de sus espacios a las nuevas necesidades higiénicas, y el lunes todavía no podrá abrir sus salas de estudio y lectura.

Las medidas para garantizar la seguridad de los espacios van más allá de la distribución de los puestos. Cada uno será desinfectado y limpiado periódicamente, y todos los usuarios deberán utilizar mascarilla. Además, las bibliotecas contarán con dispensadores de gel hidroalcohólico y mamparas y tendrán límite de aforo. Los usuarios deberán respetar en sus desplazamientos por las instalaciones el distanciamiento social de metro y medio.

Además de la puesta a disposición de los usuarios de las salas de estudio y lectura a partir del lunes, las bibliotecas de Pamplona continúan con el servicio de préstamo de documentos que ya iniciaron el pasado 1 de junio, adaptado con las medidas higiénicas que requiere la alerta sanitaria.

Este servicio se presta de momento con cita previa y bajo petición que se puede realizar bien a través del teléfono o el correo electrónico de cada biblioteca, o por medio del catálogo online de las bibliotecas de Navarra.

De momento, la situación sanitaria no permite que se pueda habilitar el acceso a otras salas y estanterías de las bibliotecas, pero progresivamente, y siempre que se puedan garantizar las condiciones de seguridad, se irán incorporando nuevos servicios presenciales, como los clubs de lectura, los cuentacuentos o las presentaciones de libros.