Teletrabajo sí, pero siempre con derecho a la desconexión

Un hombre teletrabajando
Un hombre, teletrabajando con su ordenador desde casa.
Adecco/Twitter 
Un hombre teletrabajando

La crisis del coronavirus ha servido para que hasta un país adicto al presentismo como España probara de manera masiva el teletrabajo. Parece que el improvisado experimento ha salido bien. Trabajar desde casa ha aumentado nuestra satisfacción laboral, dicen las encuestas. Pero la parte negativa es que se trabajan más horas.

Y eso ocurre porque cuesta más desconectar, ya sea por responsabilidad del trabajador o por indicaciones (¿presiones?) de la empresa. Es lo malo de que la oficina esté de repente en nuestro salón. Según UGT, el 40% de los trabajadores de la Unión Europea continúan trabajando desde sus hogares.

"El teletrabajador tiene los mismos derechos que tendría si estuviera trabajando desde la oficina"

Los empleadores deben aprender a respetar el derecho a la desconexión de los trabajadores que están teletrabajando. Es lo que exige la Confederación Europea de Sindicatos (CES). Su secretaria general, Esther Lynch, pide también a los estados miembros que consagren ese derecho en la legislación nacional.

"Las personas que trabajan desde su casa tienen exactamente los mismos derechos ante la ley que tendrían si estuvieran trabajando desde la oficina y debemos asegurarnos de que se cumpla ese principio", afirma Lynch. El movimiento sindical europeo apoya el teletrabajo, pero asegura que estará atento a que esta relación laboral no desdibuje la línea entre el tiempo profesional y el personal.

En ese sentido conviene tener en cuenta que, según la última encuesta de condiciones de trabajo de la Unión Europea, las personas que trabajan desde casa tienen el doble de posibilidades de trabajar 48 horas o más a la semana que los que trabajan en las instalaciones de la empresa. Además, tienen seis veces más de probabilidades de trabajar en su tiempo libre.

Según el Parlamento Europeo, estos efectos negativos están causados por el monitoreo gerencial, la demanda de disponibilidad constante y los límites entre el trabajo y la vida privada.

La CES ha trasladado a los empresarios que se deben mantener las horas normales de trabajo, que son responsables de proporcionar a las personas trabajadoras la capacitación y el soporte técnico necesarios y que deben respetar la privacidad de los teletrabajadores.

Que las empresas no trasladen costes al trabajador

Sabedor de este conflicto de intereses, el Ministerio de Trabajo ha iniciado los trámites para regular el teletrabajo con el objetivo de eliminar algunos de sus inconvenientes. El departamento dirigido por Yolanda Díaz se refiere, por ejemplo, a la posibilidad de que las empresas estén trasladando costes productivos a sus trabajadores sin ninguna compensación.

De momento, el Ministerio ha sacado a consulta pública un texto previo a la elaboración de un proyecto normativo consistente en la modificación y elaboración de las condiciones para prestar trabajo por cuenta ajena a distancia. El plazo para que todos aquellos interesados planteen sus aportaciones a la normativa concluirá el próximo 22 de junio.

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