"Lo académico se superará; la pandemia ha puesto en evidencia que la educación emocional es imprescindible en el aula"

  • "Identificar y gestionar tus emociones siempre es un factor de protección para los niños", señala el experto el psicología educativa y TDAH Rafael Guerrero Tomás.
  • En alumnos con TDAH recomienda al profesorado poner el foco en el bienestar emocional y las funciones ejecutivas.
Niños en un aula.
Niños en un aula.
EUROPA PRESS - Archivo
Niños en un aula.

Si hay un concepto que ha cobrado fuerza dentro de las escuelas en los últimos años ése es el de inteligencia emocional. Desarrollar las capacidades, la inteligencia y el talento de los más pequeños es importante... pero no suficiente. Porque construir el éxito en todas las esferas - laboral, familiar o social - depende en gran parte también de una buena gestión de las emociones. Y si algo ha demostrado esta pandemia durante los últimos tres meses al profesorado, los padres y el alumnado es que ahora, más que nunca, es importante aprender a identificarlas y gestionarlas para protegernos.

En eso, precisamente, incide desde hace tiempo Rafael Guerrero Tomás. Este psicólogo, experto en psicología educativa y TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) y autor de libros como Educación emocional y apegoEducar en el vínculo ha participado recientemente en la cuarta edición del encuentro Eduemoción, que organiza desde hace cuatro años los Colegios Zola. Y en él ha hablado, precisamente, sobre la importancia de que los centros educativos cuenten con su propio programa de inteligencia emocional.

“Si desde años atrás venimos abogando por la gran importancia que tiene instaurar y desarrollar la inteligencia emocional en nuestros alumnos, independientemente de la etapa educativa, la situación de crisis que hemos vivido y seguimos viviendo a causa del coronavirus pone de relieve de una manera más que evidente que ya no es una alternativa. No hay excusas para que la educación emocional no esté en los centros educativos”, señala Guerrero. “El desarrollo de la educación emocional es básica porque antes de la razón y de la parte ejecutiva lo que viene es la emoción. La pandemia ha puesto de relieve que nos sentimos frustrados, tristes, que tenemos miedos... porque hemos perdido muchas cosas y, sobre todo, a muchas personas. Hoy mas que nunca está quedando patente que la educación emocional es básica en los centros educativos y en todos los ámbitos: laboral, familiar... El saber identificar y gestionar tus emociones siempre es un factor de protección”, añade.

¿Y dónde deben poner el foco esos programas de educación emocional? ¿Qué deben trabajar con niños y adolescentes? “Lo que es fundamental es qué empecemos por explicar a nuestros alumnos qué es una emoción, hablar de cuáles son las emociones básicas, enseñarles que debemos ser capaces de permitirlas y de legitimarlas no solo en nosotros sino en los demás, desarrollar y trabajar la empatía, y aprender a reflexionar sobre la emoción que estamos viviendo. Todo esto es algo que se tiene que enseñar y aprender, es algo en lo que se educa”, explica el psicólogo. “Y nos va a dar muchos recursos para que el día de mañana cuando ese niño esté en su empresa, con su pareja, con sus hijos o con sus amigos pueda tener recursos para gestionar y regular las emociones”.

Lo académico ya se recuperará

Para Guerrero también es muy importante que las familias, y sobre todo los padres, aprendan a gestionar las emociones que han surgido en sus hogares durante el confinamiento, dejando de lado la exigencia curricular: “Hay que entender que la parte académica no es tan importante. Si para que hagan los deberes o las tareas van a tener que entrar en conflicto con sus hijos y esto va a generar una desregulación y un mal rollo en casa es preferible mantener el bienestar”, insiste el experto. “Nos preocupa mucho la parte de rendimientos, avanzar en las materias y lo académico pero eso se puede recuperar el curso que viene. Donde tenemos una gran oportunidad es en la parte emocional. Esta situación que estamos viviendo es una gran oportunidad para poder vincularnos de manera sana, conocernos mejor, estar mas a gusto, para conectar y hacer lazo familiar”.

Para este especialista en TDAH, este es un momento esencial para que el profesorado ponga el foco en el bienestar emocional de sus alumnos, tengan o no alguna dificultad de aprendizaje: “No me gusta diferenciar entre alumnos neurotípicos y los que tienen dificultades de aprendizaje. Al final las circunstancias son las mismas para todos con el añadido que los chavales con dificultades de aprendizaje se encuentran con una dificultad extra. Lo que ahora mismo es prioritario es el bienestar de nuestros alumnos, que se encuentren bien, atendidos a pesar de que no entiendan algún concepto curricular porque eso ya lo solventaremos el curso que viene”, insiste.

Como recomendación específica para niños y adolescentes con dificultad de aprendizaje, Guerrero se reafirma en trabajar especialmente la parte emocional: “Llamarles por teléfono, tener videoconferencias, preguntarles cómo se sienten, cómo se encuentran a nivel emocional, cómo están viviendo esta situación, que tal en casa con sus padres y hermanos... Eso es lo fundamental”. También insiste en trabajar con ellos las funciones ejecutivas - la capacidad de concentración, de planificación, de impulsos o de memoria- y en la parte arte académica trabajar lo básico: la comprensión lectora y el cálculo matemático. “Lo que va a hacer que el alumno esté conectado con nosotros es cómo le tratamos, no tanto lo que le decimos sino cómo se lo decimos”.

De cara a cómo gestionar las emociones de cara al nuevo curso, el experto aconseja tomárselo con paciencia ya que los periodos de adaptación, tras tantos meses juntos, serán sin duda mucho más intensos: “Habrá muchos niños, sobre todos los más chiquititos, que después de estar 24 horas con sus padres no van a querer despegarse, aparecerán miedos de separación y muchas fobias. También muchos momentos de tristeza por parte de los padres, que pasarán a verles solo un par de horas al día o por las tardes, en el mejor de los casos. Y toda una readaptación por parte del profesorado, que tendrán que volver a las rutinas anteriores al confinamiento”.

El experto en psicología educativa y TDAH Rafael Guerrero.
El experto en psicología educativa y TDAH Rafael Guerrero.
CORTESÍA EDUEMOCIÓN
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