En Pamplona, en el espacio público hay 2.500 m2 de parterres de flor distribuidos por distintas zonas de la ciudad, con alrededor de 70 unidades, ha destacado el Consistorio pamplonés en una nota.

Según ha indicado, los diseños del Servicio de Jardines del Ayuntamiento de Pamplona "siguen apostando esta temporada por impulsar la biodiversidad y sostenibilidad, minimizando el empleo de agua para su mantenimiento y la innovación y vistosidad de las composiciones, usando la diversidad de color y eligiendo series cortas o largas en función de si el parterre es de disfrute peatonal o está en zona de tráfico rodado".

En parques históricos como Taconera y Medialuna, "los diseños se simplifican en líneas más serias y con borduras muy definidas, dada las estructuras rígidas de arriates".

No obstante, en esta ocasión, "la necesidad de garantizar la distancia de seguridad entre operarios va a reducir el número de variedades por parterre de forma general por lo que se apostará por composiciones más simples".

La plantación se hará ciñéndose a las 36.000 plantas encargadas antes de la alerta sanitaria a la empresa Adaxka, adjudicataria del contrato. La propuesta en esta temporada pasa por plantas de flor, culinarias, aromáticas o vivaces. Por cantidad, destacan begonias, alegrías, tagetes, salvias y petunias; por su porte, el papiro, el falso banano rojo y coles, cardos y batatas ornamentales.

Esta primavera serán novedad en el espacio público de Pamplona algunas nuevas variedades de salvia, Holcus mollis variegatus (una hierba perenne que alcanza el medio metro de altura) y ejemplares de la llamada Planta del cigarro o Flor de tabaco' y Cosmos mandarin, estas últimas procedente del continente americano.

Desde el Ayuntamiento de Pamplona han destacado que los parterres son unos elementos ornamentales del espacio público que inciden en la calidad de vida de la ciudad. Más allá de esta función genérica, su ordenación contribuye a regular el tránsito peatonal, creando y orientando los recorridos de paso para los viandantes, e incluso en el tráfico, al incidir en la visibilidad de rotondas y otros puntos de la red vial. Por ello su tamaño y ubicación se revisan periódicamente.