La ceremonia comenzó pasadas las 10 de la mañana tras la entrada de los 17 féretros cubiertos con la bandera española en el patio del Palacio de Buenavista, en la céntrica Plaza de Cibeles, ante las máximas autoridades civiles y militares.

Los Príncipes de Asturias, el presidente del Gobierno y varios ministros, los presidentes de las tres comunidades autónomas de donde provenían - Galicia, Andalucía y Madrid - y los dirigentes de la oposición, así como el secretario general adjunto de la OTAN, el italiano Alessandro Minuto Rizzo, asistieron al funeral junto con unos 200 familiares de los fallecidos.

Unos compungidos Don Juan Carlos, doña Sofía, el príncipe Felipe y Letizia Ortiz se acercaron a los familiares, a los que dieron su pésame e intentaron consolarles.

El arzobispo castrense Francisco Pérez González, que ofició la misa, leyó al principio un mensaje de condolencias del Papa Benedicto XVI.

Al término de la ceremonia, que se prolongó algo más de una hora y tuvo lugar en un emotivo silencio, el rey Juan Carlos colocó en cada uno de los 17 féretros la Cruz del Mérito Militar con distintivo amarillo, que reconoce a los fallecidos en accidentes en actos de servicio.

Los fallecidos serán ahora trasladados a sus localidades natales para ser enterrados.

Los muertos eran los cinco miembros de la tripulación, con base en El Copero (Sevilla), y los 12 efectivos que trasladaban, integrantes del Regimiento de Infantería Ligera Aerotransportable 'Isabel la Católica' con base en Pontevedra.

El sábado también fueron dados de alta los cuatro militares heridos en el aterrizaje forzoso del segundo helicóptero e ingresados en el hospital militar Gómez Ulla de Madrid, mientras un quinto permanece en Herat.

CONFORMIDAD CON LAS AUTOPSIAS

El día anterior concluyeron las autopsias en el Gómez Ulla, con las que los familiares mostraron su conformidad y no solicitaron ulteriores pruebas - como exámenes de ADN - para certificar la identidad de los cuerpos.

El sábado se cumple el segundo día de luto decretado por el Gobierno tras la llegada de los restos mortales.

El helicóptero siniestrado - de clase Cougar - realizaba unos ejercicios dentro de la misión de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF, por sus siglas en inglés) de la OTAN cuando cayó el martes a 20 kilómetros al sur de la base española en Herat.

El equipo de investigadores que se trasladó a Afganistán con el ministro de Defensa, José Bono, para esclarecer las causas de la caída estima que se trató de un accidente, aunque sigue sin descartarse la hipótesis de un ataque.

Se trata del primer accidente de aviación que afecta al Ejército español en el extranjero desde que un avión Yak-42 se estrelló en 2003 en la localidad turca de Trebisonda, donde murieron 62 soldados.

En junio, España incrementó su presencia en Afganistán con un refuerzo de 500 militares al medio millar ya desplegado para reforzar la seguridad.

La ISAF está compuesta por más de 8.000 soldados de 36 países, la mayoría miembros de la OTAN.