Las medidas restrictivas impuestas como consecuencia del estado de alarma en nuestro país han golpeado duramente a los autónomos, especialmente en Andalucía. Las cifras así lo ponen de manifiesto: los 538.809 trabajadores por cuenta propia que había afiliados el pasado febrero en la comunidad han dado paso a 529.743 en abril, lo que supone un descenso de algo más de 9.000 autónomos en solo dos meses.

Aunque no todos han sufrido las consecuencias de la crisis del coronavirus con la misma intensidad. Los más castigados han sido los autónomos unipersonales, es decir, aquellos sin ningún empleado a su cargo, propietarios de un negocio con una antigüedad inferior a los tres años y del sector servicios.

Así lo refleja el estudio Emprende post Covid-19, elaborado por la Consejería de Empleo de la Junta para conocer la situación actual, las necesidades y los retos a los que se enfrenta el tejido empresarial andaluz.

Actividad

Más de la mitad de las empresas andaluzas han paralizado su actividad durante el estado de alarma, aunque la mayoría afirma que la retomará cuando le sea posible. Solo un 1,4% afirma haber echado el cierre para siempre. El porcentaje de paralización se incrementa hasta el 70% en el caso de los autónomos y los negocios unipersonales; y solo un 7% ha seguido funcionando igual que antes.

El sector servicios ha sido el peor parado, con un 62% de negocios que afirman que ya están pasando dificultades, sobre todo los relacionados con la hostelería, la restauración y el comercio. Por el contrario, el sector primario es que el mejor ha aguantado el envite de la pandemia.

Retos

De cara al futuro, el 85% de los empresarios tiene claro que este será incierto y lleno de cambios. Además, otro 11% cree que tendrá que abandonar su actividad y un 5%, que tendrá que reducir plantilla para poder sobrevivir.

Siete de cada diez encuestados para el estudio está convencido de que tendrá que hacer cambios en sus negocios, como adaptaciones para cumplir la normativa sanitaria o, incluso, modificaciones sustanciales en su modelo de actividad, reformas que tendrán un coste medio de 18.000 euros por negocio. En lo que coincide la mayoría (un 75%) es en que tendrán que implantar medidas vinculadas a la digitalización, el marketing, la logística o la comunicación.

Para mantenerse a flote, el colectivo considera que deben conseguir negocios más flexibles y ágiles; apostar por la diversificación; y potenciar el comercio electrónico. En cambio, apenas un 7% apuesta por el teletrabajo como alternativa.

Carencias

La actual situación ha dejado también al descubierto, según revela el estudio de Empleo, las carencias y deficiencias que tiene el tejido empresarial andaluz. Para casi un tercio de los encuestados, la vinculación directa con el cliente les ha supuesto el principal escollo, mientras que un 31% admite carecer de formación en tecnología y de un adecuado nivel de digitalización. Otro 14% considera que sus equipos y aplicaciones están desactualizados; y un 20% afirma tener carencias en la planificación de la gestión empresarial y logística.

Ayudas

Durante la actual crisis, el 57% de los empresarios y autónomos se ha acogido al cese temporal de su actividad, mientras que un 14% ha optado por los ERTE. Otro 13% ha solicitado la ayuda de 300 euros de la Junta; un 9% ha adoptado permisos retribuidos; y solo un 10% continúa su actividad mediante el teletrabajo.

En cuanto a las ayudas que necesitarán en un futuro, la mayoría (un 64%) apuesta por la bonificación de las cuotas a la Seguridad Social como el apoyo más significativo.