Michelle Obama se reencontró con las raíces de su familia esclava en un viaje al sur

  • El tema de la esclavitud fue el gran tabú de su familia.
  • Los familiares de Michelle se reunieron en memoria de un tatarabuelo esclavo el pasado mes de enero en Georgetown.
  • De niña escuchó muchas historias sobre la Gran Emigración negra hacia el norte, pero nunca le dijeron lo que pasó realmente en el sur.
Obama, junto a su mujer y sus dos hijas, después de ganar las elecciones. (AP Photo/Jae C. Hong)
Obama, junto a su mujer y sus dos hijas, después de ganar las elecciones. (AP Photo/Jae C. Hong)
AP Photo/Jae C. Hong
Obama, junto a su mujer y sus dos hijas, después de ganar las elecciones. (AP Photo/Jae C. Hong)

"Estoy casado con una mujer negra que lleva la sangre de esclavos y de propietarios de esclavos", dio a conocer el presidente electo de EE UU Barack Obama, antes de serlo, en un esclarecedor discurso sobre la raza en Filadelfia.

Pero al contrario que él, que buceó en el pasado familiar en el ya famoso libro Sueños de mi padre, su mujer, Michelle Robinson, ha convivido con la esclavitud como si de un gran tabú se tratara. Y este velo de ocultación aún parece no haber caído del todo.

De niña escuchó muchas historias sobre la Gran Emigración negra hacia el norte, pero nunca le dijeron lo que pasó realmente en el sur. La campaña electoral ha sido una excusa para que Michelle Obama recupere una porción de la propia historia familiar inserta en una espiral del silencio. Sus hijas Malia y Sasha tenían que conocer lo ocurrido.

El viaje que la familia realizó en el mes de enero al sur fue clave en todo esto, informa El Mundo. Los Obama recorrieron largamente las anchuras de Carolina del Sur, entre los vestigios de las viejas plantaciones. Para Michelle fue también un momento de introspección, de duro encuentro con un pasado que tarde o temprano tenía que revelarse.

Michelle se dejó la piel haciendo campaña en Charleston, la emblemática ciudad colonial (donde una de las mayores atracciones turísticas es el viejo mercado de esclavos, humillante escenario de subastas humanas hasta 1859).

"Todo tiene ahora más sentido"

Cientos de afroamericanos dieron la bienvenida a la entonces aspirante a primera dama, que incitó a superar las heridas del pasado y a pedir enérgicamente el voto de color para su marido: "Hermanos y hermanas, vamos a necesitar vuestra ayuda más que nunca".

La señora Obama triunfó en su papel de ayudar a su marido a ganarse a la población, pero aún le quedaba un escollo más personal, a 100 kilómetros al norte de Charleston, en el pueblo de sus abuelos y de su lejana infancia: Georgetown.

La entonces aspirante a primera dama hizo un hueco en su agenda y se llegó hasta la iglesia de Bethel AME. Allí le esperaron unos 30 descendientes directos de la saga de los Robinson.

Por primera vez, los familiares de Michelle se reunieron en memoria del tatarabuelo esclavo, Jim Robinson, y se prestaron a hablar abiertamente del viejo tabú al diario The Washington Post. Los parientes de Michelle contribuyeron generosamente en la investigación.

"Todo tiene ahora mucho más sentido para mí", dijo entonces Michelle. "Si el patriarca de nuestro linaje era un hombre con un brazo amputado (se refería al bisabuelo, Fraser Senior), que fabricaba zapatos con el brazo que le quedó, un empresario, capaz de tener una propiedad, capaz de construir su propia vida con esfuerzo y determinación en esta ciudad... Ese fue seguramente el mensaje que le llegó a mi abuelo".

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