Ángela González, etóloga: "La ansiedad por separación no es excusa para abandonar a un perro, puede tratarse"

La etóloga Ángela González Martínez.
La etóloga Ángela González Martínez.
CORTESÍA ÁNGELA GONZÁLEZ
La etóloga Ángela González Martínez.

Es un problema muy común entre los perros - de hecho, se estima que afecta a un 15 por ciento-. ¿Por qué? Pues porque son animales muy sociales y además están preparados para vivir en manada y no separarse de ella, por lo que cuando su dueño o los miembros de la familia se van de casa puede hacer acto de presencia la llamada ansiedad por separación.

Cuando el grado de estrés es alto se manifiesta con ladridos, aullidos, destrozo de muebles o deposiciones indeseadas dentro de la casa, también con una espera sumida en una tristeza infinita. Los especialistas adecuados para tratar este problema son los veterinarios etólogos, especialistas en comportamiento y conductas animales.

La doctora Ángela González Martínez, especialista en Medicina del comportamiento por el European College of Animal Welfare y Behavior Medicine, máster en Etología Clínica y Bienestar Animal por la Universidad de Zaragoza y responsable del Servicio de Etología del Hospital Veterinario Universitario Rof Codina en Lugo, responde en esta entrevista a distintas dudas sobre la ansiedad por separación y los tratamientos más eficaces para reducirla.

La ansiedad por separación suele ser un problema bastante desconocido 

Normalmente cuando hablamos de ansiedad por separación hablamos de la punta de un gran iceberg, de algo que hasta entonces no se había percibido aunque se estuviera manifestando. Los propietarios suelen venir a consulta solo cuando son conscientes de que esos perros tienen ansiedad, bien sea porque a ellos les preocupa, porque se han dado cuenta del problema de alguna forma o porque algún vecino se lo ha dicho. Cuando un perro tiene ansiedad por separación, además, puede actuar de distintas formas. Los hay que tienen signos productivos, que cuando se quedan solos lloran, aúllan, ladran, orinan, defecan o destrozan pero hay otros que, en cambio, se quedan quietos y no hacen nada, de hecho, a lo mejor ni siquiera comen o beben. Solo miran hacia la puerta esperando a que regrese su propietario. En esos perros en que no hay signos productivos el propietario no se da cuenta de que ocurre algo porque no se ve nada, muchas veces no acuden a consulta y en realidad deberían ser tratados porque están sufriendo.

"En perros que no manifiestan signos el propietario no suele darse cuenta de lo que ocurre y en realidad deberían ser tratados porque están sufriendo"

¿Supone un sufrimiento muy grande para el animal?

El bienestar del animal está muy comprometido cuando tiene ansiedad. Es más, no solo sufren cuando no está el propietario sino que se ha visto que los perros que tienen ansiedad por separación tienen un sesgo negativo, son menos optimistas y van a sufrir también en el tiempo que están acompañados. Hay que tener en cuenta que cada perro es diferente: una mezcla de genética que ha heredado de sus padres pero también del ambiente que han vivido y de cómo ha influido ese ambiente en ellos mismos. Cada perro tiene su personalidad y algunos son capaces de enfrentarse mejor al estrés que otros, igual que nosotros. Por eso es importante que el tratamiento sea individualizado.

¿Qué importancia tiene que se divulgue este problema para que cada vez llegue a más dueños de mascotas y puedan identificarlo?

Es muy importante. Incluso sería aconsejable que, aunque piensen que su perro se queda bien cuando se van a trabajar o se queda solo, prueben a grabarle con una cámara o un móvil para ver qué es lo que hace en su ausencia.

¿La ansiedad por separación es uno de los problemas más frecuentes en vuestra consulta?

Sí, es uno de los más frecuentes. Estadísticamente antes los problemas más frecuentes eran los relacionados con la agresividad pero hoy en día cada vez recibimos más casos relacionados con la ansiedad.

Además de tener diferentes manifestaciones, ¿tiene diferentes causas?

Pueden influir muchísimas cosas. Hay perros que lo que tienen es un apego con su propietario ligeramente anormal y, por lo tanto, cuando se va no son capaces de quedarse sin él. En esos perros radica más bien un problema de vínculo que habrá que mejorar de alguna forma. Hay otros que simplemente no son capaces de quedarse solos. Les da igual quedarse con otra persona que no sea su dueño o con otro perro pero lo que les da miedo es quedarse completamente solos. También los hay que han asociado quedarse solos con algo a lo que ya le tenían fobia, por ejemplo, a sonidos fuertes. Perros que, por ejemplo, una noche se quedaron solos y se asustaron con unos fuegos artificiales. Puede ocurrir, por tanto, que haya una mala asociación y teman quedarse solos porque tienen miedo a que vuelvan esos ruidos. Y por último, encontramos casos en los que hay una frustración. Por ejemplo, un perro que cree que va a salir de paseo y el propietario no lo saca porque tiene que ir a alguna parte y el perro se enfada. Entre los perros que no saben quedarse solos tenemos, además, los que han sufrido un cambio ambiental importante como un abandono. Han pedido la seguridad en el ambiente y volver a recuperarla puede ser complejo.

En este último grupo, ¿podríamos incluir también los que han vivido cambios como mudanzas o en la estructura familiar como un divorcio?

Desde luego. De hecho, todos los cambios ambientales o sociales importantes pueden ayudar a que se produzca la ansiedad por separación. Cuando tratas a un perro con este problema una posibilidad de que decaiga es que haya una mudanza. Hemos tenido casos de ansiedad tras un divorcio sin haber cambiado de casa y llevándose bien con la persona con la que se quedaba. Pero desaparece la otra persona y se rompe su estabilidad.

"El hecho de ser un perro abandonado no tiene porque implicar que tenga ansiedad por separación pero sí hay más riesgo de que le ocurra"

¿Hay perros más predispuestos que otros a sufrir ansiedad por separación, por ejemplo, por la raza o tras un abandono?

El hecho de ser un perro abandonado no tiene porque implicar que tenga ansiedad por separación pero sí hay más riesgo de que le ocurra: su mundo se ha roto una ve y es posible que crea que le puede volver a ocurrir. En cuanto a razas puede haber cierto factor genético pero no está todavía muy claro. Por supuesto, también influye mucho cómo se ha criado: si le han enseñado a quedarse solo cuando era pequeño.

¿Cómo se trata a un perro con ansiedad por separación y cuál es la función del veterinario etólogo en esta recuperación?

Los veterinarios etólogos ayudamos con este tipo de problema y para tratarlo hay que llegar a un buen diagnóstico, que debe incluir siempre un vídeo del perro quedándose solo. Luego daremos al propietario una serie de pautas que van encaminadas, primero, a modificar y hacer mejor el vínculo entre ambos para que el perro se sienta seguro. Después hay que conseguir que se sienta también seguro en su casa y enseñarle a quedarse solito de una forma gradual y divertida, sin que pase miedo. Y a veces se utiliza medicación, fármacos que elevan la serotonina, que nos van a ayudar a que el perro se encuentre menos angustiado y más feliz. No hay diferencia entre dar fármacos o no, a la hora de la recuperación se va a curar el mismo porcentaje de perros. La diferencia es que con medicación se curan antes y van a sufrir menos en el proceso.

¿Qué tiempo requiere esta recuperación?

El tiempo de recuperación es largo, requiere de unos seis a ocho meses. Hay perros que se curan antes, en tres o cuatros mes y casos que tardan mas.

"Una enfermedad de este tipo no debe ser una excusa para abandonar un perro porque además la mayoría mejora muchísimo tras el tratamiento"

Mucha gente que se encuentre con este problema es posible que recurra a adiestradores, ¿cuál es su opinión al respecto?

Los etólogos somos los profesionales adecuados para solventar este problema. La inmensa mayoría de los casos que nos llegan mejoran muchísimo y tenemos muchos conocimientos y herramientas para ayudarles. Hay que tener en cuenta que muchas veces cuando hay un problema de comportamiento hay que descartar también un problema de salud o cómo puede estar influyendo un problema de salud en que se produzca otro de comportamiento. Solo los veterinarios vamos a valorar bien aquellas enfermedades orgánicas que pueden influir en el comportamiento. En cuanto al adiestramiento, todo es complementario. Yo siempre digo que todos los perros deberían ir a un buen educador desde pequeños, es algo esencial para ser un buen ‘ciudadano’, va a prevenir muchos problemas de conducta y a fomentar un temperamento más estable en el perro y un vínculo más profundo con el dueño. Los educadores pueden hacer cientos de cosas super importantes con los perros pero cuando hay un problema de este tipo deberían ser valorados por un veterinario con conocimientos en medicina del comportamiento. La modificación de conducta la podría hacer un educador de la mano del veterinario pero el diagnóstico, la descripción del tratamiento y las revisiones obviamente corresponden a este último.

Y de otras posibles soluciones que se ofertan en internet, ¿de cuáles aconsejaría alejarse?

En principio, hay que intentar informarse de las cosas que ofrecen y qué estudios hay detrás de ellas. En un tema de comportamiento no hay diferencia entre darle al perro un placebo o unas flores de Bach, le va a hacer el mismo efecto. Pagar por algo que no tiene una evidencia científica detrás de que funcione no es muy ético. Es importante acudir a sitios y optar por tratamientos que tienen detrás evidencias científicas. Esto es similar a cuando uno se siente mal y empieza a notar que tiene ansiedad o estrés. Al principio te compras el libro de autoayuda y luego te das cuenta de que hay que ir al psicólogo.

¿Cómo podemos prevenir que esta ansiedad suceda?

Si vamos a coger un perro lo ideal es hacerlo en época vacacional porque vamos a estar muy pendientes de él y vamos a poder empezar a dejarle solo de una forma gradual. Al principio le podemos poner un juguete interactivo con comida, que es una de las cosas que recomendamos cuando hay ansiedad, y vamos entrando y saliendo de casa. Al principio abrimos y cerramos la puerta, luego salimos y volvemos a entrar, ampliando cada vez los periodos de tiempo... Los perros son animales muy sociables y para ellos estar solos no tiene por qué ser normal, muchas veces hay que enseñarles. Además, hay que darles un ejercicio, una interacción social y un enriquecimiento ambiental adecuados. Todo eso es primordial para que el perro no sufra ansiedad.

"Si vamos a coger un perro lo ideal es hacerlo en época vacacional porque vamos a poder empezar a dejarle solo de una forma gradual"

En los últimos años han aparecido un montón de juguetes para estimular a los perros... ¿hasta qué punto son beneficiosos?

Hay un montón en el mercado: algunos para meter comida húmeda y seca, otros para comida seca, también podemos esconder premios por la casa para que los busquen... Hay que pensar que los perros cuando están libres en la naturaleza pasan mucho tiempo buscando comida de una forma u otra. Si nosotros le quitamos eso y se la ponemos siempre en un bol pasarán mucho tiempo aburridos. Por eso es bueno que tengan tiempo productivo con este tipo de juegos que además mentalmente les estimula mucho y hacen que se sientan mejor. Por eso una de las pautas que damos para perros con ansiedad es que parte de su comida la tomen en juguetes interactivos.

¿Y es posible que los gatos también sufran ansiedad por separación?

Es menos frecuente pero sí es posible y las manifestaciones son similares, muchas veces es casi más frecuente que orinen o defequen fuera de la bandeja. Y el abordaje también es similiar. Aunque mucha gente tiene la teoría de que no se les puede enseñar, aprenden millones de cosas y crean además vínculos muy profundos con sus propietarios. Se incide un poco más en lo que es el enriquecimiento ambiental: que tiene acceso a un espacio tridimensional al que subir y bajar, un espacio seguro en el que esconderse, que tenga los recursos separados - el arenero del comedero y bebedero y de la zona de descanso y juego-. También se trata mucho con feromonas y hay que darles oportunidades de ‘caza’ con la comida.

Si una familia que tiene un perro con ansiedad y está desesperada porque rompe cosas o los vecinos se quejan, ¿cómo les convencería para que nunca se planteen como opción el abandono?

La ansiedad por separación siempre tiene buen pronóstico, la mayoría de los casos van muy bien y si hay problemas con la comunidad de vecinos lo mejor es explicarlo, decirles que se está tratando con un etólogo. La gente lo va a entender. Una enfermedad de este tipo no debe ser una excusa para abandonarlos porque además la mayoría mejora muchísimo tras el tratamiento.

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