En todos los casos, los detenidos forraban con aluminio bolsas de la compra y sus chaquetas para burlar las alarmas de las tiendas.

Las prendas hurtadas ascienden a un valor de 1.700 euros.

El primer delito ocurrió en un establecimiento del centro. La Policía local fue alertada de que se habían sustraído unas prendas. Tras una persecución, los agentes localizaron a uno de los autores debajo de un coche.

Del mismo modo se produjeron otros dos robos. En el último, el vigilante de un comercio retuvo a una persona que se llevaba prendas por un importe de 500 euros.

Entre los siete detenidos, todos ellos de nacionalidad rumana, figura un menor de edad. El resto son una mujer de 37 años y el resto tienen entre 25 y 18 años.

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