Con la llegada del buen tiempo y con el avance de las fases de la desescalada, los españoles empiezan a preocuparse por uno de sus bienes más preciados: la playa, el sol y las cervezas en la arena. Un deporte nacional al que no parece que estemos dispuestos a renunciar.
A pesar de que el plan del Gobierno no contempla el acceso a las playas hasta la tercera fase de la desescalada -en el mejor de los casos a partir del 8 de junio-, esta semana se están viendo escenas de bañistas disfrutando del mar tanto en Valencia como en Barcelona, por citar algunos de los municipios que más han dado que hablar.
Según las normas vigentes, para hacer frente a la pandemia del coronavirus tan solo se puede acceder a la playa para caminar o hacer deporte, y siempre siguiendo las franjas horarias de edad correspondientes.
¿Qué sucederá a partir de la tercera fase si ahora ya les quema a algunos el echar la toalla a la arena? El problema de la playa es que es un espacio abierto de difícil control. Además de las medidas básicas de higiene, horarios y vigilancia, que incluyen desinfecciones diarias, estancias de no más de cuatro horas y toque de apertura y cierre, algunos territorios están planteando interesantes medidas tecnológicas para hacer frente a este desafío.
En algunas Comunidades Autónomas se ha hablado de la posibilidad de pedir cita previa, de medir los espacios para conocer el grado de ocupación e informar a los usuarios previamente o de monitorizar en tiempo real el aforo para no permitir más accesos.
En 20MINUTOS hemos hablado con un experto en tecnologías aplicadas al turismo y al control de aforo para que nos explique las posibles soluciones tecnológicas que podemos implementar para hacer de la playa un destino turístico seguro y sostenible.
“Algunas de las medidas que ya hemos implementado en otras ocasiones, salvando las distancias y sin ser la salud en esos casos tan primordial, se han llevado a cabo en Alhambra de Granada o el Museo del Prado”, comienza a explicar Clodoaldo González, CEO en Hiberus Industry Global Solutions.
Lo más importante es focalizar las herramientas en asegurar el mantenimiento de las distancias de seguridad “a título individual”, es decir, que sea algo que se haga por parte de los turistas. “Se propone una plataforma web en la que por geolocalización tendremos acceso a la información de las playas en cuanto a su aforo y condiciones, así como a los servicios de las mismas, permitiendo a partir de esta aplicación gestionar reservas, accesos y aforos”, declara el experto.
El portal, implementado con el ecosistema de Found, proporciona otra información de interés para el usuario -horarios, clima, bandera, duchas, actividades, zonas senior, zonas para niños...- así como un análisis de concurrencia actual de la playa con indicadores y mapa de calor en función de la saturación de personas y su aforo permitido. Además, estaría integrado con un sistema opcional de cita previa y reservas de servicios y comercios próximos a la playa -hamaca, mesa en el restaurante o chiringuito, zonas de juego...- con la posibilidad de pago desde la propia plataforma.
Para poder controlar el aforo deberían instalarse puntos de acceso por los que los usuarios y turistas accederían a la playa. “Con los datos de accesos y salidas, podemos informar en tiempo real del aforo aproximado de la playa”, dice González. Este sistema de analítica pasiva es “de gran valor para analizar y gestionar espacios públicos y privados”, como ya vimos en este artículo.
Como complemento, se ha desarrollado una app de distanciamiento social -en la que también se incluye información global de la playa, así como de sus servicios y comercios-. “Mediante la cámara del móvil y tecnología de realidad aumentada, el usuario puede identificar a su alrededor el espacio que debe ocupar y la distancia que debe mantener con otras personas para salvaguardar el distanciamiento social”, subraya.
¿Cómo se puede medir el aforo de un espacio como la playa de manera pasiva (sin control físico de accesos) y cumpliendo con la RGPD?
El experto plantea dos posibles medidas: por un lado está la ‘Analítica de saturación de playas por WiFi’, es decir, utilizar tecnología basada en WiFi tracking. Se trata de dispositivos con LTE (3G) y conectividad WiFi que se colocarían en las inmediaciones de la playa. Sin necesidad de que los usuarios se conecten a una red WiFi son capaces de contabilizar dispositivos móviles que se encuentren en su radio de acción -siempre, claro, que estos tengan el WiFi activado-.
La segunda opción sería la ‘Analítica de saturación de playas por dispositivos de conteo’. Consiste en instalar dispositivos para cuantificar el número de personas o bien un área predefinida o bien una zona de paso controlado para que se haga un conteo y se calcule el aforo.
En ambos casos los sistemas cumplirían con el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).
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