El Congreso de los Diputados en el año 2011 reclamó tener una ley de cambio climático que previniese los efectos del calentamiento global en España. Sin embargo, y a pesar de que parece que es un tema en el que sí existe un consenso entre las diferentes formaciones políticas, a día de hoy sigue sin existir, pero parece que está un poco más cerca, debido a la propuesta publicada el martes 19 de mayo por el Gobierno. 

En un contexto enmarcado en la reactivación de la economía tras la crisis sanitaria por la Covid-19, el ejecutivo ha lanzado este proyecto de Ley que necesitará la aprobación del parlamento para llevarse a cabo. Como objetivo principal, plantea llegar en el año 2050 a la neutralidad climática, es decir, que las emisiones de gases de efecto invernadero producidas sean absorbidas en su totalidad por los sumideros (como pueden ser bosques).

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera, ha manifestado que esta ley refleja "el modelo que queremos" para nuestro país y para Europa y sobre todo sirve para "cumplir con las generaciones más jóvenes" que no deben "heredar hipotecas que no les tocan" sino compromisos de futuro, respetuosos con el planeta y compatibles con un modelo de desarrollo "inclusivo y sostenible".

Teresa Ribera tras la aprobación de la ley de cambio climático: "Es un proyecto en el que nos retratamos"

En el documento presentado por el ejecutivo, plantean que debido al reto de reactivar la economía frente a la crisis del coronavirus, España debe aprovechar "las oportunidades que abre la transición ecológica", refiriéndose a la modernización económica, una "nueva reindustrialización" y a la atracción de futuros inversores. 

Además, desde el Gobierno añaden que ha habido participación de diferentes sectores en la elaboración del documento. Afirman que da respuesta a las "demandas generales de la sociedad" así como a las sugerencias y alegaciones realizadas durante su elaboración. 

En cuanto a cifras, el proyecto de ley tiene una previsión de que la inversión será de más de 200.000 millones de euros, de los cuales el 70% provendrá del sector privado y el 30% restante del público, todo ello entre los años 2021 y 2030. De esta manera, el Gobierno tiene previsto adelantar algunas propuestas pensadas para el futuro, con el objetivo de reactivar la economía y generar entre 250.000 y 350.000 empleos para el año 2030. 

Primer objetivo: reducir un 20% las emisiones para 2030

Para lograr la meta de la neutralidad climática en el año 2050, se debe llevar a cabo un largo recorrido en el que se plantean objetivos más a corto plazo. Todos los propósitos son revisables, pero únicamente si es para acortar plazos, nunca para ampliarlos.

Uno de ellos se presenta a diez años vista, para 2030, y plantea reducir las emisiones del conjunto de la economía española en un 20% respecto a los niveles conocidos en 1990. Este objetivo es uno de los primeros pasos tomados por el ejecutivo para la "descarbonización del país", pero no está cerca de los porcentajes que planteaban las organizaciones ecologistas como Greenpeace, que proponen que sea de un 55%. 

El transporte, cambio radical para 2040

Una de las asignaturas pendientes de España en cuanto a emisiones, es la del transporte. Mientras otros sectores como el energético comenzó el camino hace un tiempo con las renovables, el transporte representa un 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero del país. 

Para ello, se plantea que en el año 2040 todos los turismos y vehículos comerciales ligeros nuevos sean no contaminantes. Este objetivo, para el que han avisado que se tomarán todas las medidas necesarias, es el mismo que plantea la Comisión Europea y potencia los coches eléctricos, por ejemplo.

Por último, en el año 2050 esperan lograr la meta de conseguir que todo el parque de vehículos ligeros y turismos, sean nuevos o no, estén libre de emisiones directas de dióxido de carbono, el gas que más presente está de entre los de efecto invernadero. 

El 70% de la electricidad deberá producirse con renovables

La energía es otro de los factores que van a sufrir cambios si este proyecto de ley sigue adelante. A día de hoy, el porcentaje de renovables sobre el consumo final de energía es alrededor del 20%, pero el objetivo es que para el año 2030 alcance, al menos, el 35%. En cuanto a la generación de energía eléctrica, para ese mismo año se espera que el 70% sea de origen renovable. 

Por otro lado, para veinte años más tarde, en 2050, no hay estimación que valga. Toda la energía eléctrica que se produzca en España deberá venir de una fuente renovable. Por último, se implantará un sistema de subastas de energía limpia que suplirá la actual estructura de subvenciones, pero no se conocen todos los detalles por el momento. 

Despedida progresiva de los combustibles fósiles

Apostar por las energías renovables supone dejar atrás nuestra actual principal fuente de energía, los combustibles fósiles. Estos son uno de los responsables de la situación de calentamiento global actual, por lo que llegará el momento de despedirse de ellos, aunque será de una manera progresiva.

Desde el ejecutivo proponen una desinversión estatal con el objetivo de que las administraciones públicas "se desprendan de participaciones o instrumentos financieros de empresas o entidades cuya actividad mercantil incluya la extracción, refinado o procesado de productos energéticos de origen fósil”. De esta manera, el Gobierno fijará un calendario con las fechas y objetivos concretos para cumplir con estos objetivos.