Las calles de València recobraron ayer lunes una parte de su pulso habitual con la entrada en la fase 1 del desconfinamiento. 

La apertura, con medidas de distanciamiento y de seguridad sanitaria, del pequeño comercio, de las terrazas de bares y restaurantes y de otros locales públicos, como museos y bibliotecas, dio otro aire a la ciudad y cierta sensación de normalidad tras dos meses con las persianas bajadas y sin apenas viandantes a raíz del estallido de la pandemia de la Covid-19. Eso sí, con llamadas a la prudencia y al sentido común para no desandar el camino recorrido.

Una de las novedades más visibles es la vuelta a la actividad de los espacios de hostelería al aire libre. No obstante, el de ayer fue solo un primer paso. La Federación Empresarial de Hostelería de Valencia (FEHV) calcula que solo el 10% de los establecimientos de hostelería reabrió en el primer día de la fase 1 de desescalada, aunque confía en que el número irá aumentando en los próximos días y de cara al fin de semana.

El balance de las primeras horas de la jornada fue "positivo" para la patronal hostelera, cuyos asociados destacaron la "buena respuesta" y el "civismo" del público a la hora de cumplir las normas de seguridad higiénico-sanitarias establecidas para evitar contagios.

En el caso de los establecimientos de la playa, el presidente de la Asociación de Hosteleros de Restaurantes de la Malvarrosa, José Miralles, resaltó la "emocionante" reapertura de las terrazas del paseo marítimo que desde las 9.00 horas de la mañana ya tenían colas esperando para entrar, "disciplinadas" y guardando la distancia de seguridad.

En concreto abrieron cuatro de los 12 establecimientos que se distribuyen a lo largo del paseo marítimo, aunque la idea es ir abriendo dos más cada día hasta llegar al fin de semana con el 100%. "Había mucha ilusión y la respuesta del público valenciano ha sido excepcional, de 10", afirmó. "La gente tiene muchas ganas de volver a vivir", agregó.

En los barrios, la reactivación del comercio de proximidad también cambió la monotonía del confinamiento. Las tiendas recibieron a los primeros clientes con guantes, geles hidroalcohólicos y limitaciones en el aforo para evitar aglomeraciones, pero con la esperanza de recobrar cierta normalidad en su actividad.

En el ámbito de los servicios municipales, el Ayuntamiento de València reabrió los cementerios a las visitas y también, tal y como permite la fase 1, elevó el aforo de los sepelios y velatorios hasta las 15 personas. Además, también reactivó las bibliotecas municipales y reabrió las zonas de socialización de perros. 

La Entidad Metropolitana de Residuos (Emtre) también ha vuelto a poner en funcionamiento el servicio de ecoparques móviles para el reciclaje de objetos.

Los hoteles valencianos, en cambio, reabrieron en muy pocos casos y de forma testimonial, únicamente para dar servicio a colectivos que precisan estas plazas por motivos laborales, informaron desde la patronal Hosbec.

En el plano laboral, la inactividad de los dos últimos meses se ha traducido en una auténtica catarata de expedientes de regulación temporales de empleo (ERTE). La Comunitat Valenciana alcanzó ayer las 64.790 solicitudes acumuladas desde que comenzó el estado de alarma por el coronavirus, que han afectado ya a 404.399 trabajadores, según los últimos datos de la Conselleria de Economía Sostenible. La mayoría de los expedientes, 55.272, se corresponden al sector servicios, seguido de la industria (5.484) y la construcción (3.747 expedientes).