Maneras de disfrutar de un queso camembert

El camembert, el segundo queso más popular de Francia, solo por detrás del Brie. El Camembert de Normandía, el original, es un queso de pasta blanda, untuosa y suave elaborado a partir de leche cruda de vaca. Debe ser leche no filtrada con un contenido de grasa de al menos un 38%.

Antes, en España, era una rareza o un queso que el buen aficionado buscaba en su pequeña tienda. Las grandes empresas de lácteos francesas, no los pequeños productores, acaparan su mercado y hace ya años decidieron vender su camembert por todos los rincones.

Al calentar el camembert crecerá su intensidad y su sabor

En nuestro país, el camembert ya es un habitual del lineal de quesos de los grandes supermercados (en la mayoría ya como marca blanca). Nos hemos acostumbrado a llevar ese queso de textura cremosa recubierto con una corteza de moho blanco. Y todo se come.

Pero hay hacerlo bien. Por barato que sea, que lo es, el camembert tiene sus leyes o al menos sus recomendaciones. Cada uno lo comerá como quiera, pero la peor opción es sacarlo de la nevera y comérselo. No. El factor temperatura (como casi todo en la cocina) es fundamental.

Cómo maridamos un camembert

Hay que sacarlo con tiempo: que no este frío ni duro. Al camembert le va muy bien combinarlo con colores. Los de las mermeladas (frutos rojos, tomate o melocotón), la cebolla caramelizada o la miel. También se entiende muy bien con las nueces y otros frutos secos y hasta con las frutas, las rojas, por ejemplo.

Ya decimos que la temperatura es fundamental. En esa línea, calentar el camembert es una estupenda opción. Crecerá su intensidad y su sabor. En este caso, lo podemos disfrutar con algo más suave.

A la hora de disfrutar de nuestro camembert los expertos recomiendan tomarlo junto a un vino espumoso, cava o champán. Para los que prefieren cerveza, la mejor opción con este queso francés es tomar una cerveza oscura o una Red Ale.