Los científicos aún no saben cómo mata el coronavirus y exigen más autopsias

Imagen, obtenida con microscopio eléctrónico, que muestra una célula infectada por coronavirus. El Covid-19 se ha coloreado en naranja para que se pueda observar mejor.
Imagen, obtenida con microscopio eléctrónico, que muestra una célula infectada por coronavirus. El Covid-19 se ha coloreado en naranja para que se pueda observar mejor.
NIAID / EFE
Imagen, obtenida con microscopio eléctrónico, que muestra una célula infectada por coronavirus. El Covid-19 se ha coloreado en naranja para que se pueda observar mejor.

El coronavirus lleva desde finales del pasado año matando por todo el mundo, y el saldo es aterrador: más de 300.000 muertos. Pero pese a que han pasado meses y los muertos siguen contándose, los científicos aún no saben cómo mata el coronavirus. Y la clave está en las autopsias.

Tal y como publica la revista Nature, investigadores de todo el mundo intentan realizar cuantas autopsias pueden a las víctimas de la Covid-19 y así recoger muestras de tejidos que ayuden a comprender cómo mata el virus.

Pero si las autopsias ya de por sí están sujetas a complicados estándares de seguridad, en una pandemia de este calibre, con una enfermedad sin cura, todo se complica aún más.

El coronavirus afecta principalmente a los pulmones, pero también lo hace al cerebro, al corazón y a los riñones. De ahí la importancia de analizar tejidos de víctimas y compartir los resultados con investigadores de otros países.

Tal y como recoge Nature, "necesitamos esos tejidos para determinar qué está matando a los pacientes afectados por Covid-19", dice Roberto Salgado, del GZA-ZNA Hospital de Amberes, en Bélgica. "¿Es neumonía? ¿Son coágulos de sangre? ¿Por qué desarrollan fallo renal? No tenemos pistas", dice Salgado.

Los problemas son los mismos para los médicos de todos los países. Por ejemplo, Andrew Connolly, de la Universidad de California en San Francisco, cuenta a Nature que los pacientes terminales de coronavirus suelen estar aislados y por eso, contactar con las familias para que permitan la recogida de tejidos "es casi imposible".

Hay métodos novedosos, como el que ha implementado la patóloga Marisa Dolhnikoff, de la Universidad de Sao Paulo, que recoge muestras de tejidos con una técnica mínimamente invasiva: se trata de usar ultrasonidos como guía para localizar partes del cuerpo y allí, usar agujas de biopsia, lo que evita la necesidad de retirar el órgano entero y expone menos al sanitario.

La importancia de todo esto la resume Matthew Leavitt, jefe médico de Lumea, una compañía médica con sede en Utah: "En condiciones normales, una autopsia responde preguntas sobre un paciente. En las circunstancias de una nueva enfermedad emergente, una autopsia es crítica para toda la humanidad".

Por todo ello, científicos como Salgado o Leavitt están trabajando en la creación de una base de datos mundial, con la ayuda de la Organización Mundial de la Salud, para estandarizar los resultados de las autopsias. Por ahora, investigadores de 25 países se han sumado a la iniciativa.

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