Según ha informado el Consistorio, desde los servicios municipales sólo se pueden tratar los ejemplares que son de titularidad municipal pero no los que están en propiedades privadas, por lo que han instado a los titulares de estos ejemplares que presten atención a la presencia del picudo y pongan los medios necesarios para luchar contra su expansión.

Además, desde la casa consistorial han señalado que pese a los esfuerzos realizados en los últimos años, no han dejado de perderse ejemplares relevantes, ya que los tratamientos disponibles no tienen una efectividad del 100%.

En concreto, un estudio de la Universidad de Zaragoza revela que en la capital aragonesa hay un total 4.452 palmeras canarias, de las que sólo 425, el 9,5%, están en espacios públicos. Por este motivo, el Ayuntamiento ha subrayado que en la efectividad de los protocolos seguidos juegan un papel determinante las palmeras situadas en espacios de titularidad privada, ya que actúan como vector para la introducción de la plaga sobre los demás ejemplares.

El estudio realizado en colaboración con UNIZAR ha incluido un inventario geolocalizado de la totalidad de ejemplares de esta especie y se han definido nuevas líneas para la lucha integrada contra el 'Rynchophorus ferrugineus' o Picudo Rojo para la campaña 2020.

ANILLO PERIMETRAL DE TRAMPAS

En este sentido, se ha dispuesto un anillo perimetral de trampas para control y captura masiva que se colocan semienterradas en el suelo y que están formadas por cubos de plástico con aberturas laterales y en la tapa.

Cada trampa está provista de dispensadores de dos sustancias atrayentes, por un lado una feromona de agregación, que es la hormona que emiten los machos para seducir a otros ejemplares de ambos géneros de la misma especie, y por otro, un difusor de kairomona, una sustancia que emiten las palmeras y que atrae al insecto. Ninguno de estos dos grupos de moléculas supone peligro alguno para las personas ni para los animales de compañía.

De este modo, se ha definido una red de trampas compuesta de cinco anillos, ubicados cada uno a 500 metros de distancia de seguridad al primer ejemplar de la palmera y a 800 metros entre trampas, ampliando notablemente la red que se inició en 2019 de manera que de unas 40 trampas se pasará a 160.

Además de rodear la ciudad consolidada, estos anillos están ubicados alrededor de enclaves con gran población de palmeras situados en El Zorongo, Peñaflor, Cuarte/Santa Fe/Cadrete y el camping Boalar. Asimismo, se han iniciado contactos con los municipios limítrofes y entidades privadas para conseguir sinergias en el control de la plaga a través de colaboraciones.

Asimismo, en las palmeras municipales que han sido ya atacadas se va a proceder a la aplicación de un tratamiento con Emamectina mediante endoterapia, un método que optimiza la distribución del producto en el interior de la planta y evita su difusión al medio ambiente.

También se llevarán a cabo tratamientos biológicos, mediante la utilización del nematodo 'Steinernema carpocapsae', que ataca al picudo rojo en sus fases de larva, pupa y adulto.

El Consistorio ha recordado que la detección precoz y los tratamientos preventivos son el único método de lucha eficaz, no sólo para preservar las palmeras municipales, sino también para proteger al resto de ejemplares.