We Are Standard: "En España no hay cultura musical, nos dan clases de flauta"

  • La banda de Bilbao publica su último disco, 'We are Standard'.
  • Han tocado invitados en Nueva York representando a España.
  • "Estamos aquí para vender discos; quien diga lo contrario, miente".
El grupo vasco We Are Standard. FOTO: MUSHROOM PILLOW.
El grupo vasco We Are Standard. FOTO: MUSHROOM PILLOW.
MUSHROOM PILLOW
El grupo vasco We Are Standard. FOTO: MUSHROOM PILLOW.
Cantan en inglés, son de Bilbao y están de moda. Acaban de actuar en Nueva York de la mano de Sounds from Spain
y esta semana publican nuevo disco con su nombre, We are Standard, producido por el archiconocido Andy Gill (Gang of Four). Su cantante, Deu, charla con nosotros desde su casa.
Acaban de llegar de Nueva York, ¿qué tal el Sounds fron Spain?

Brutal. Ha sido una pasada. Yo había estado otras veces en la ciudad, pero ha sido muy intenso. No se si por la música o por conocer esa parte más de garitos y de la gente de allí. Es que Nueva York es libre, todo allí es sugerente. Y los conciertos del festival han sido en unos sitios acojonantes, hemos tocado con The Right Ons, Cuchillo, De Pedro, etc. Hemos estado haciendo patria (risas).

Había mucho ambiente…

Si, aunque esto no era un festi de gente, es como una feria donde van profesionales y el abono cuesta como 500 dólares. El segundo día hubo gente bastante importante viéndonos, así que a ver si ahora da sus frutos y nos hacemos un buen contrato mundial, no solo en EE UU.
¿Cree que hace falta cantar en inglés para que a un grupo le tomen en serio fuera?

Sí y no. Porque si tienes una buena propuesta en castellano, no hace falta cantar en inglés. Pero está claro que ayuda, no para vender discos aquí en España pero sí para venderlos fuera.
¿Qué nos pasa, entonces, en España?

Ha habido una especie de demonización del rock durante muchos años
Hemos estado cerrados de mente muchos años y ha habido una especie de demonización del rock durante muchos años. En Nueva York estuvimos en casa de un amigo cuya hija, de siete años, había compuesto un tema. Y era buena hasta la letra. Aquí te llevan a clases de flauta y violín y allí el rock forma parte de la cultura. Cualquier americano sabe quiénes son Led Zeppelín.
El panorama, además, no ayuda.

Está muy feo con esto de
Operación Triunfo y porque las radios se han limitado, ni siquiera a las radiofórmulas, sino a los
oldies. Pero la verdad es que conciertos hay más que nunca y la gente acaba llegando a un montón de grupos a través de Internet.

¿Y qué pasa con las discográficas?

Las discográficas montan sellos más alternativos porque les gusta esa música, pero luego realmente no le dan bola, tiempo ni dinero. Es complicado apostar, como pasó con nosotros, por un grupo que había vendido sólo 2.000 copias. Pero si hemos hecho este esfuerzo es porque pensábamos que salir fuera era nuestra esperanza blanca.
¿Qué tal la conexión Bilbao-Londres en la grabación del disco?

Muy bien, hay un vuelo directo o dos diarios… (risas). Ha sido duro y largo, pero creemos que ha merecido la pena. Estamos muy contentos con el resultado. No son dos ciudades tan distintas, llueve parecido. Yo tengo ahí un hermano, una cuadrilla, nuestros garitos favoritos y… mucho kebab.
Lo compensaron con el productor Andy Gill, al que ganaron por el estómago…

Él ya había estado en Donosti a principios de los 80, ya conocía esto. Y de punky ya tiene poco... Vino antes de grabar para trabajar en la preproducción, en las estructuras y las letras. Era lo que queríamos, por eso fuimos a buscar un productor guiri. Le gusta el chuletón, la morcilla, los callos… vimos que era uno de los nuestros.
¿En qué festival les gustaría tocar?

Es una buena pregunta. Supongo que el Lollapalooza, o alguno así. O en Glastonbury. Pero no nos quejamos, porque hemos estado en el FIB, el PopKomm, etc.

¿Qué disco les ha hecho vibrar últimamente?

Estoy un poco desenganchado y saturado. El disco El Columpio Asesino está bastante bien. Pero creo que el tótem de este año es MGMT, que hacen una mezcla entre Bowie, Jagger y los Flaming Lips.

Se han apuntado a la moda de las descargas, ¿es todo por la promoción?

Si sale mal ya me dedicaré a lo que hacía antes, pero al menos hay que intentarlo
Es una manera de llegar a la gente. Y estamos aquí para vender discos, conciertos o lo que sea. Y el que diga lo contrario, miente. Eso de 'por amor al arte' no te da de comer. Y si sale mal ya me dedicaré a lo que hacía antes, pero al menos hay que intentarlo. Soy arquitecto, pero eso como el golf, ya jugaré cuando sea mayor. Ahora me apetece hacer música.
¿Cómo son sus conciertos?

El planteamiento es claro, fiesta y buen rollo. Intentamos hacer como una gran fiesta de cumpleaños donde todo el mundo canta, salta y baila. La gente se cree que no les vemos desde el escenario, pero sí. No es como una película, intentamos que haya una comunicación entre arriba y abajo. Intentamos purificar los temas y darles un poco más de caña que en el disco. Nos gusta liarla petarda y que todo acabe en un desfase.
Me temo que tendrán que convivir con la etiqueta de indies mucho tiempo…

Si, con lo que sea. De todas formas,
indie es un mercado, y eso puedo aceptarlo. Pero espero que la temporada en la que no vendamos muchos discos sea corta.
Sin alentar la polémica, ¿sonido Bilbao o San Sebastián?

El de San Sebatián es mucho más pop. Es más merengue, con las barandillas, las farolas. Tienen una influencia más francesa. Bilbao la tiene más inglesa. Y además el tema del punk en los 80 en la margen izquierda de la ciudad fue muy importante. Ellos tienen a La Oreja y nosotros a Fito y Fitipaldis (risas).
BIO. Son un quinteto de Bilbao que forma parte de la nueva hornada del
Getxo Sound. Todos ensayan en el mismo caserío. Escuchan a Olimpics y Dynamo, de su tierra, y a MGMT. Su último disco lo han grabado en Londres.
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