Los centros de Educación Especial se oponen a reabrir por la imposibilidad de cumplir las medidas de seguridad

Pictogramas en un aula de un colegio de Educación Especial.
Pictogramas en un aula de un colegio de Educación Especial.
ELENA BUENAVISTA
Pictogramas en un aula de un colegio de Educación Especial.

Los directores de los colegios privados y públicos de Educación Especial de la Comunidad de Madrid se han dirigido al consejero de Educación tras saber que se planea la reapertura de dichos centros en la fase 2 de desescalada para acudir de forma voluntaria. Los comunicados dirigidos al consejero, Enrique Ossorio, manifiestan que, de reabrir estos colegios, sería imposible mantener las medidas de seguridad y sería peligroso para todos.

"No nos consideramos capaces de garantizar que se cumplan las medidas de seguridad que continúan en vigor en dicha fase, como son el distanciamiento social y el uso de protección individual, el lavado de manos, el uso del codo o de pañuelos de papel para estornudar o toser, etc. por parte de nuestro alumnado", escriben en un comunicado.

Las necesidades de los alumnos que acuden a centros de Educación Especial son muy diferentes a los demás. En cuanto al distanciamiento social, por ejemplo, los responsables de los colegios alegan que "es imposible llevarlo a cabo, los alumnos no lo entienden y no pueden cumplirlo". Y tampoco por parte de los profesionales, ya que "en muchas ocasiones hay que acercarse a ellos, tocarles, limpiarles, llevarles de la mano, etc".

La protección individual es imposible

Por otra parte, la fase 2 de desescalada sigue incluyendo el uso de mascarillas y guantes. En estos centros, el contacto directo con los alumnos es totalmente inevitable, por lo que los responsables creen que los profesionales deberían llevar EPIs. También es inevitable el contacto entre los alumnos, así que se entiende que también sería conveniente que ellos vistiesen los equipos de protección individual. Pero ni esta ni ninguna medida de seguridad es viable; "Muchos de nuestros alumnos no permiten que se les ponga nada en la cabeza, ni en la cara ni en las manos. No podríamos ponérselos".

Los alumnos son población de riesgo

En los comunicados, los directores señalan que muchos alumnos padecen problemas muy graves de salud, y esto les convierte en población de alto riesgo ante el coronavirus. Sin poder mantener las medidas de seguridad, la vuelta a los centros sería muy peligrosa. "Muchas de las patologías que presentan nuestros alumnos, cursan con dificultades y/o compromiso respiratorio, lo cual aumenta exponencialmente el riesgo y pronóstico en caso de ser infectados", explican.

Los responsables de los centros adjuntan una gran batería de argumentos en los comunicados enviados para pedir que se tenga en cuenta su posición antes de "concretar medidas que sean irreversibles". Aseguran que los contagios entre alumnos y profesionales serían inevitables, condición que se extendería también a las familias

Entienden que la presencia continuada de los alumnos en el hogar pueda estar causando dificultades a las familias y a su conciliación, y son conscientes de que muchos chicos han dejado de recibir tratamientos importantes para su bienestar. Sin embargo, la vuelta a las aulas no les parece una opción por el altísimo riesgo que supone para todos. "No sabemos qué soluciones se pueden encontrar para estos problemas, pero desde luego, que el alumnado venga a los centros contraviene totalmente las medidas de seguridad necesarias, tanto laborales como de salud", escriben.

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