Prisiones trasladará a los presos etarras Álvaro Juan Arri Pascual y Josune Oña a cárceles próximas al País Vasco cuando se levanten las restricciones por la COVID-19, por lo que se sumarán a otros tres traslados similares de miembros de ETA en febrero y a los que recientemente se les concedió el tercer grado.

En una nota de prensa, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias informa también de la propuesta de la cárcel de Bilbao de conceder el tercer grado a otro miembro de ETA, José Ramón Foruria Zubialdea, que hasta 2024 no habrá cumplido las tres cuartas partes de su condena. Ahora, estando en segundo grado, cumple condena bajo "control telemático" fuera de la cárcel.

Sobre los traslados, Prisiones explica que el de Arri Pascual se hará, "cuando las condiciones sanitarias lo permitan", desde la prisión Castellón II al Centro Penitenciario de Burgos.

Del comando Madrid

Este exintegrante del comando Madrid de ETA ingresó en prisión el 22 de abril de 2003 para cumplir el límite máximo de 30 años por varios asesinatos, estragos y atentados.

En junio de 2018 cumplió la tres cuartas partes de esa condena, y, tras haber aceptado la legalidad penitenciaria, la Junta de Tratamiento de Castellón II ha propuesto su progresión a segundo grado y su traslado a un centro próximo a su vinculación familiar.

Entre otras acciones, fue condenado a 208 años de prisión por el atentado cometido en julio de 1994 en la plaza de Ramales de Madrid, en el que murieron el teniente general Francisco Veguillas y otras dos personas. Fue detenido el 23 de noviembre de 1995 en la localidad francesa de Loyat (Francia).

Traslado a Logroño

En cuanto a Josune Oña Ispizúa, Prisiones explica que será trasladada desde el Centro Penitenciario de Alicante al de Logroño "cuando se levanten las restricciones derivadas de la COVID-19".

Oña ingresó en prisión el 29 de julio de 2004 y tiene una condena de 25 años por colaboración con banda armada, atentado, falsificación de documento público y tenencia ilícita de armas.

En abril de 2013 cumplirá las tres cuartas partes de la condena y, tras aceptar la legalidad penitenciaria, la Junta de Tratamiento del Centro Penitenciario de Alicante ha propuesto su progresión a segundo grado y traslado a un centro cercano a su entorno familiar.

Respecto a la concesión del tercer grado a Foruria, Instituciones Penitenciarias recuerda que ingresó en prisión el 26 de septiembre de 2003 y que cumple el límite máximo de 30 años de condena por el delito de atentado.

Por tanto, hasta noviembre de 2024 no habrá cumplido las tres cuartas partes de la pena.

La Junta de Tratamiento de la prisión de Bilbao, de la que de la que depende, ha sido la que ha propuesto su progresión a tercer grado, encontrándose en la actualidad cumpliendo condena fuera de la cárcel "con control telemático".

Reacción de la AVT

Tras conocerse los traslados, la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT) ha manifestado su oposición a la decisión.

"Interior confirma su voluntad de trasladar a presos con delitos de sangre"

"Con esta decisión, el Ministerio del Interior confirma su voluntad de trasladar a presos con delitos de sangre iniciado con el acercamiento de Arregi Erostarbe 'Fiti' el pasado mes de diciembre", denuncia la AVT en un comunicado.

Para la asociación de víctimas la decisión de trasladar a Arri Pascual "supone, sin lugar a dudas, una progresión más en su política de traslados, que en un primer momento se limitaba a presos sin delitos de sangre".

La AVT también se ha mostrado en contra de la propuesta de conceder el tercer grado a otro preso etarra, y recuerdan que son "ya cinco las progresiones concedidas en el marco de la nueva política penitenciaria de Sánchez: tres anunciados el pasado mes de abril y el de Gorka Fraile".

Lamentan además que en ninguno de estos casos se haya exigido "el requisito de colaboración con la justicia tal y como viene fijado en el Código Penal y en la legislación penitenciaria" e insisten en que este requisito debe exigirse "no sólo como demostración sincera de arrepentimiento, si no también para poder valorar un verdadero pronóstico favorable de reinserción de los presos.