Carlos, un buzo español atrapado en Libia por la guerra y el coronavirus: "La embajada de España se lava las manos"

Carlos Hinajeros, con su traje de buzo.
Carlos Hinarejos, con su traje de buzo.
CARLOS HINAJEROS
Carlos Hinajeros, con su traje de buzo.

Carlos Hinarejos, un buzo de 31 años de edad, se encuentra atrapado desde enero en Libia, primero por la guerra por la que atraviesa el país y ahora por la crisis del coronavirus. Ha tratado de pedir ayuda a la embajada de España para conseguir su repatriación, pero denuncia que la legación "se lava las manos" en el asunto. 

Hinarejos ha explicado en una entrevista concedida a 20minutos vía telefónica que trabaja en una subcontrata de la empresa del sector petrolífero Waha. Libia es un país que conoce bien, pues desde 2012 acude a prestar sus servicios como buzo en instalaciones y plataformas petroleras.

Ahora estaba laborando en un sistema de turnos en el que pasaba cinco semanas en Libia y las otras cinco en España (reside en Alcalá de la Vega, en Cuenca). Debió haber vuelto en enero, pero la inestabilidad política del país, con las fuerzas del general Jalifa Hafter tratando de hacerse con el control de Trípoli, retrasó el relevo. del país. El remate llegó con la crisis del coronavirus, que obligó al cierre del espacio aéreo libio y el recorte a casi cero de la actividad petrolera. 

Vuelos directos

Ahora, Hinarejos está junto con un equipo de unas 10 personas de diversas nacionalidades (Estados Unidos, Reino Unido, Rumanía y Canadá) en la localidad de Sidra, a unos 800 kilómetros al este de Trípoli, y donde está situada una refinería.

Sidra o As Sidr (en el punto rojo) está situada al este de Trípoli.
Sidra o As Sidr (en el punto rojo) está situada al este de Trípoli.
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El Gobierno Libio está organizando vuelos directos entre Libia y España (algo inusual, puntualiza Hinajeros, que siempre tiene que ir al país a través de Turquía o Túnez). Lo hace para repatriar  a los libios que por la crisis del COVID-19 se han quedado varados en Madrid y quieren regresar. Y Trípoli ha ofrecido a extranjeros aprovechar el vuelo de ida para salir del país.

"La única salida sería que el Gobierno libio nos llevara en una avioneta o un avión para coger el vuelo en Misurata o Trípoli", señala, y explica que la refinería de Sidra tiene aeródromo. "El transporte por tierra ahora mismo es muy peligroso".

"La embajada no me ayuda"

Hinarejos se ha puesto en contacto con la embajada de España en Libia, que trabaja desde Túnez, explica, pero solo ha obtenido información de cuándo salen los vuelos y "ánimos", pero ninguna solución.

"La embajada de España no me está ayudando para nada, me dice los vuelos que hay, pero mi problema es que estoy aquí atrapado, no me puedo mover a ningún sitio", señala.

"Dicen que está en mis manos la responsabilidad que a la hora de salir de aquí, se lavan las manos directamente"

"Dicen que está en mis manos la responsabilidad que yo quiera tener a la hora de salir de aquí, se lavan las manos directamente, no se quieren hacer cargo ni ser partícipes, que todo los movimientos que haga son bajo mi responsabilidad", afirma Hinarejos. 

El resto de las personas en su equipo han recibido respuestas similares de sus Gobiernos, agrega.

El trabajador español cree que, ya que España acepta la repatriación directa de libios, el Gobierno español podría presionar para que Libia facilitase el traslado de él y el resto del equipo a Trípoli, y que ayudara a otros españoles que puedan estar en su situación.

"Yo asumo mi responsabilidad, sé dónde estoy y llevo muchos años viniendo, sé que es un país en guerra y lo que hoy es seguro mañana puede no serlo, pero me gustaría que al menos tratasen de llamar a quien sea para que lleguen a un acuerdo de intercambio, de libios por españoles y otras personas que están en nuestra situación. No creo que sea tan difícil, estamos a una hora de vuelo de Trípoli".

"Me siento abandonado por la embajada", resume Hinarejos, que asegura que la legación tampoco le ha querido dar contactos de otros españoles en el país. "A lo mejor tienen miedo de que nos juntemos para hacer más fuerza". 

Sin dinero ni suministros

El español está ahora mismo sin dinero, porque su empresa ha dejado de pagarles y de enviarles suministro. De momento van tirando con la comida que les dan en la refinería, unas "bandejas de pollo con arroz". "Pero ahora con el Ramadán todo es más complicado, no hay nadie trabajando en el comedor, es todo un desastre", indica.

Sidra, controlada por las fuerzas de Hafter, es relativamente segura, y la refinería está controlada por los militares. Si no llegará a consegur salir de la ciudad de una forma segura, Hinarejos señala que la única opción será "tiempo y espera".

"La opción es tiempo y espera, no me queda otra, tampoco me la voy a jugar a irme por mi cuenta, no voy a solucionar nada", dice el buzo español. "La única opción es que nos saquen por avión, es lo más seguro".

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