La Diócesis de Barbastro-Monzón limpia y desinfecta sus templos, que abrirán sus puertas este lunes

Sacerdotes, religiosos y seglares de la Diócesis de Barbastro-Monzón están realizando estos días labores de limpieza y desinfección en iglesias y templos para su reapertura al culto público, en determinadas condiciones, este próximo lunes, 11 de mayo, si las autoridades sanitarias así lo determinan.

El obispo diocesano, monseñor Ángel Pérez, ha firmado este jueves, 7 de mayo, un documento con las condiciones en las que se va a poder acudir a los templos, elaborado tras un proceso de asesoramiento y consulta a la curia, y posteriormente, abierto a las propuestas de todos los sacerdotes, cuyas aportaciones han enriquecido el texto final.

A partir del lunes, si previsiblemente se inicia ese día la fase 1 de la desescalada del estado de alarma decretado por la pandemia del coronavirus en esta zona de la provincia de Huesca, se reanudará el culto con participación de los fieles en la Eucaristía, tanto dominical, como diaria, y los demás sacramentos y celebraciones, siempre que no se supere un tercio del aforo.

En el documento, acorde con las sucesivas disposiciones del Gobierno de la nación y las señaladas por Conferencia Episcopal Española el pasado 29 de abril, monseñor Pérez llama a la "prudencia y responsabilidad social".

En este sentido, ha recomendado que allí donde no puedan garantizarse las medidas sanitarias para el culto u otro tipo de reuniones éstas sean aplazadas hasta que puedan realizarse "con total garantía de seguridad".

MASCARILLAS

El prelado aconseja a los fieles, con carácter general, llevar mascarilla. Además, establece que las puertas de las iglesias estén abiertas para que no se toquen pomos o manillas, que haya desinfectante a la entrada y a la salida, señalizando los lugares para sentarse con la distancia de seguridad.

Las pilas de agua bendita seguirán vacías, se evitará el contacto y las aglomeraciones en las muestras de devoción y veneración hacia las imágenes y, donde sea necesario y resulte posible, se procurará aumentar el número de celebraciones dominicales de la misa.

El decreto prorroga en la diócesis la dispensa del precepto dominical, invitando a los fieles a mantener la lectura de la Palabra de Dios y la oración en sus casas.

A los mayores, enfermos o personas en situación de riesgo se les recomienda seguir la eucaristía a través de los medios de comunicación y se establece que no haya celebraciones en residencias de la tercera edad, mientras no se den las condiciones adecuadas, de acuerdo con la normativa y los protocolos de cada centro.

LITURGIA

El decreto recomienda, por el momento, no distribuir objetos, ni papeles durante la liturgia, como hojas de lecturas o cantos, así como sustituir los coros parroquiales por un solo cantor y que las lecturas y el salmo las proclame un solo lector o el mismo celebrante.

El sacerdote que oficie y el ministros de la comunión desinfectarán sus manos antes de empezar la misa y también antes de empezar la plegaria eucarística y después de distribuir las formas consagradas.

Asimismo, el cáliz, la patena y los copones estarán cubiertos con una palia durante la plegaria eucarística y es recomendable, en la medida de lo posible, que en los templos en que celebren varios sacerdotes los utensilios y ropas litúrgicos sean de uso exclusivo de cada uno de ellos, mientras dure la pandemia.

El diálogo individual de la comunión -donde el sacerdote dice 'El Cuerpo de Cristo' y el fiel contesta 'Amén'-, se pronunciará de forma colectiva después de haber recitado todos juntos la oración 'Señor, no soy digno' y se distribuirá en silencio.

Deberá recibirse en la mano por razones de higiene general y si la edad y situación del sacerdote así lo aconseja, habrá que establecer ministros extraordinarios para distribuir la comunión.

CESTILLO

El saludo de la paz se sustituirá por un gesto, evitando el contacto directo, y el cestillo de la colecta no se pasará durante el ofertorio, sino que las personas responsables del servicio de orden lo colocarán antes de finalizar la misa en una mesa a la salida para que quien lo desee pueda depositar su limosna.

Ante la situación de emergencia por la COVID-19 y de las muchas necesidades de las parroquias, se recomienda que los fieles hagan también sus aportaciones económicas por otros medios como, recibos domiciliados, transferencias bancarias, cepillos electrónicos o Bizum.

El escrito del obispo de Barbastro-Monzón determina que antes y después de cada celebración deberá procederse a la desinfección de los bancos y zonas comunes del templo, así como de los objetos litúrgicos, conforme con la normativa sanitaria y a las recomendaciones de la delegación de Patrimonio.

Las superficies de uso común dentro del templo que no tengan valor artístico -manecillas de las puertas de acceso y bancos- deberán ser desinfectados tras el culto, mediante la limpieza con un paño humedecido en una solución hidroalcohólica de alcohol al 70 por ciento y agua al 30, mezclados en un spray dosificador. Después de la aplicación, se debe secar bien con un paño seco y ventilar el templo antes de volverlo a cerrar.

OTRAS CELEBRACIONES

El documento suspende, por el momento, romerías y actos populares, y recomienda aplazar las confirmaciones y primeras comuniones, al menos, al comienzo del curso pastoral a partir del mes de septiembre, mientras que deja en manos de cada parroquia, de acuerdo con sus catequistas y familias, la programación de nuevas fechas, así como las catequesis previas y reuniones con padres que considere oportuno.

Durante el tiempo de pandemia, se priman los bautismos individuales, en la celebración de matrimonios solo los contrayentes manipularán los anillos y arras y se utilizará el rito breve en la unción de enfermos.

Para la misa funeral y las exequias, se seguirán los mismos criterios que para la misa dominical y en cuanto a las manifestaciones de dolor y condolencia será preciso recordar a los participantes en cada celebración exequial que, mientras dure la emergencia sanitaria, se eviten los gestos de afecto que implican contacto personal y se mantenga siempre la distancia social de seguridad.

En caso de celebrarse velatorios de los difuntos en dependencias parroquiales, tendrá que ser con un límite máximo de 15 personas en espacios al aire libre y diez personas en espacios cerrados, ocupando, como máximo, un tercio del aforo de local donde se realicen, y cumpliendo los protocolos de distancia social, higiene y seguridad.

La participación en la comitiva para el enterramiento o despedida para cremación de la persona fallecida se restringe a un máximo de 15 personas entre familiares y allegados, además de, en su caso, del ministro de culto para la práctica de los ritos funerarios de despedida del difunto.

Desde el inicio del estado de alerta la hoja dominical Iglesia en Aragón dejó de recibirse en papel. En su defecto, se publica una edición digital que puede encontrarse en

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