Al menos tres médicos rusos se han precipitado por la ventana del hospital en dos semanas por causas desconocidas

Un especialista médico con trajes protectores espera a los pacientes en un complejo hospitalario para pacientes con la enfermedad COVID-19 en Moscú, Rusia.
Un especialista médico con trajes protectores espera a los pacientes en un complejo hospitalario para pacientes con la enfermedad COVID-19 en Moscú, Rusia.
EFE/EPA/MAXIM SHIPENKOV
Un especialista médico con trajes protectores espera a los pacientes en un complejo hospitalario para pacientes con la enfermedad COVID-19 en Moscú, Rusia.

En el último mes, son varios los médicos rusos que se han precipitado misteriosamente por la ventana del hospital donde trabajaban, resultando gravemente heridos e incluso fallecidos. 

Según informan varios medios locales, los profesionales sanitarios habían tenido disputas con sus autoridades tras haberse quejado de las condiciones en las que se les obligaba a trabajar. 

El último incidente se producía este sábado en el hospital Novousmanskoy en la región de Voronezh Oblast (Rusia), donde Alexander Shulepov, un médico de ambulancia, estaba siendo tratado por coronavirus. Actualmente está en estado grave y se encuentra en cuidados intensivos con una fractura craneal, tras caerse por la ventana del segundo piso del hospital, según informaron medios locales. 

Shulepov había compartido, días antes, un vídeo en el que denunciaba, junto a su colega Alexander Kosyakin, que les obligaran a seguir trabajando después de haber dado positivo en las pruebas de coronavirus. Kosyaskin, su compañero, ya había criticado en otras ocasiones la mala gestión del hospital y la escasez de equipos de protección, siendo incluso interrogado por la policía, acusado de difundir noticias falsas. Días después de la difusión del vídeo y pocos antes del accidente, Shulepov grabaría otro retractándose y asegurando que se había visto forzado a hacer esas declaraciones.

Se sumaba así a las misteriosas caídas de otros dos médicos en el mes de abril en el país ruso, que han suscitado ciertas sospechas entre la población y la oposición, que atribuyen las caídas, junto con otros accidentes, a la violencia del Estado.

Natalya Lebedeva, la jefa del servicio de ambulancias de Star City, murió el 24 de abril tras caer desde una ventana del hospital que, según sus compañeros, le acusó falsamente de ser la responsable de propagar el virus en el centro. Posteriormente,  las autoridades y ciertos medios aseguraban que se había suicidado al sentirse culpable de expandir el coronavirus.

En la región siberiana de Krasnoyarsk, Elena Nepomnyashchaya, médico jefe de un hospital que también estaba en contra del plan de las autoridades y de la insuficiencia de los equipos de protección, se cayó de una ventana el 26 de abril y murió seis días después tras una semana en cuidados intensivos. Según la televisión local TVK Krasnoyarsk,  Nepomnyashchaya, cayó por la ventana cuando se discutía la posibilidad de convertir la clínica en una instalación de coronavirus, decisión a la que la que la médico se oponía.

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