Van a ser los últimos en comenzar las clases en la Universidad de Málaga (UMA). La facultad de Bellas Artes inicia el curso el martes, un mes después de que lo hiciera el resto de centros universitarios.

Esta enseñanza carece de edificio propio. Desde que se implantó, hace cuatro años, se ha usado el aulario Severo Ochoa en Teatinos. Ahora con la incorporación de los alumnos al cuarto y último curso, el número de estudiantes hace necesario nuevas instalaciones. De los 215 se pasará a unos 290 aprendices.

Dicho complejo se ha construido junto a la Escuela Técnica Superior de Informática y Telecomunicaciones. "Hoy (por ayer) hemos llevado allí el mobiliario. Ocuparemos una de las plantas. Estará listo el martes. Las clases empezarán por la tarde", asegura la decana de Bellas Artes, Carmen Osuna.

Osuna recalca que la demora no hará perder clases a los alumnos. Se recuperarán las horas que no se han dado porque no se cortarán las clases durante el periodo de exámenes "e incluso nos sobra una semana", detalló a este periódico.

"En el nuevo edificio se darán algunas asignaturas, en lugar de trasladar allí uno o varios cursos completos. No quiero que la facultad se divida en dos", recalca.

Un culebrón de más de tres años

La solución definitiva sería que esta facultad tuviera un edificio propio. "En la ampliación del campus de Teatinos no tenemos asignada ninguna parcela porque queremos que nuestra facultad esté en el centro de la ciudad. Al centro le vendría bien un poco de ambiente universitario", explica Osuna.

En 2007 la Universidad y la Junta alcanzaron un principio de acuerdo para que el edificio del instituto Vicente Espinel, en la céntrica calle Gaona, acogiese Bellas Artes y el centro de secundaria se trasladase a un nuevo complejo. Finalmente la idea no ha prosperado, aunque incluso entonces se llegó a pensar que el traslado podría ser una realidad a principios de este curso.

"Parece que la rehabilitación para nosotros de algún edificio de la Politécnica, en el campus de El Ejido, es la solución de futuro", explica Osuna. Esta opción es rechazada por el alumnado, que se niega a quedar aislado del resto de la vida universitaria (las facultades y escuelas de El Ejido se mudarán a la zona de ampliación de Teatinos).

Los estudiantes se quejan de que ya llevan tres años sin unas instalaciones adecuadas. Consideran que el problema no es la falta de dinero, sino la desorganización en la facultad. Critican que los responsables del centro no informen a los alumnos adecuadamente.

Sobre la terraza superior del Severo Ochoa los alumnos construyeron dos aulas cuyas paredes simulan ser sacos de arena ("en realidad es una especie de corcho, porque si fueran de arena  el tejado se hundiría", explica la decana). Ese espacio es gestionado por el alumnado y posibilita trabajar en creaciones artísticas de gran tamaño para la que actualmente se carece de otro espacio. Las denominadas trincheras se mantendrán.

Contra la subida de los menús

Unas 400 instancias se entregaron ayer en los registros generales de la UMA en las que los estudiantes muestran su rechazo a la subida de los menús en las cafeterías aplicada este año.

La asociación de alumnos Reforma! convocó la protesta y pide que se creen comedores universitarios como los de Granada, donde el menú cuesta 3,5 euros, frente a los 6,10 que valen aquí una vez aplicado el incremento.

La presidenta del colectivo estudiantil próximo alPP, EstherHeredia, aseguraquela subidahasido del 22%. El curso pasado, tras romper el contrato con cuatro cafeterías por irregularidades en los precios, la Universidad consensuó con los estudiantes y las empresas de los bares que los precios no subirían ni el IPC (coste de la vida).

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