Las inesperadas e inauditas palabras de Margarita de Dinamarca a sus 80 años

La reina Margarita de Dinamarca, a principios de 2020.
La reina Margarita de Dinamarca, a principios de 2020.
Robin Utrecht / GTRES
La reina Margarita de Dinamarca, a principios de 2020.

La reina Margarita II de Dinamarca acaba de cumplir 80 años. Muy apreciada en los círculos monárquicos de toda Europa, como se pudo comprobar por el simpático vídeo que le grabaron varios soberanos del Viejo Continente, entre los que se encontraban por supuesto, el rey Felipe VI y la reina Letizia, la monarca siempre se ha distinguido por no tener pelos en la lengua.

No hay que olvidar que ella fue quien dejó boquiabiertos a sus propios compatriotas cuando en octubre del año pasado, hablando con un periódico sueco sobre saber diferenciar su labor como soberana y como matriarca de su familia, aseguró: "Definitivamente, no soy la mejor abuela del mundo".

"De verdad creo que son maravillosas esas abuelas que abrazan mucho a sus nietos. Pero yo no soy muy buena en eso. No soy una abuela de estar sentada tejiendo", reconoció sin tapujos.

Y tampoco los ha tenido ahora, que en un nuevo libro ha salido a la luz cómo se las gasta a la hora de relacionarse con las artes escénicas, una de sus tantas pasiones, como también lo es la pintura desde que leyese El señor de los anillos en 1969, llegando a haberse exhibido sus cuadros en el Museo Arken de Copenhague.

La dramaturga para ópera Nila Parly ha mantenido a lo largo de los últimos cuatro años varias conversaciones con Daisy, como le gusta que la llamen en su familia, en una estancia tan sin par como es la biblioteca privada del Palacio de Amlienborg, donde precisamente vive Margarita.

De esos diálogos ha nacido Con la reina en el Teatro Real, un libro en el que madre del heredero al trono, el príncipe Federico, y de su hermano, Joaquín, se muestra como una auténtica apasionada tanto del teatro como del ballet, los musicales y la ópera.

Tanto es así, que hasta ella misma, en las tramoyas -nunca mejor dicho- de su vida en palacio, ha llegado a ser la encargada del vestuario y la escenografía de multitud de representaciones y de montajes. Por eso siempre se le ha considerado una mujer con mucha energía.

Pero parece que esa jovialidad ya se va acabando, tal y como recogen los extractos del libro que publica el periódico BT. "Soy tan vieja y tan senil que creo que es genial cuando hay actores disfrazados sobre el escenario. Especialmente en aquellas obras que están llenas de giros lingüísticos, de acción y cosas por el estilo. Eso no se puede hacer con vaqueros ¿a que no?", ha comentado.

En sus sorprendentes palabras también es consciente de sus privilegios, como que va siempre que lo desea. "Algo que me llena de alegría es que si hay un montaje en el Teatro Real que me gusta mucho puedo decir '¡Pues voy esta noche!'. También lo hacía mi padre muchas noches y fue en innumerables ocasiones a ver la ópera Salomé de Strauss", rememora.

A él, a su padre, al rey Federico IX, Margarita de Dinamarca se parece en un detalle que parece casi genético: morderse la lengua. "Mi madre decía que mis hermanas y yo también lo hacíamos. Todavía lo hago cuando la música es realmente placentera, así que no puedo evitarlo", confiesa.

Por último, la soberana también se explaya a la hora de hablar del vestuario para asistir a estos eventos. Es decir, de un vestido de gala. "Tienes que moverte con él de una manera especial", opina, "si usas un vestido voluminoso no puedes caminar así que también se trata de mover la cadera". Según Nila Parly, la reina se levantó para demostrarlo.

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