Cuatro fases en ocho semanas para alcanzar la "nueva normalidad". Ese es el plan expuesto este martes por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se ha visto obligado a retrasar su comparecencia tras el Consejo de Ministros a causa de las dudas entre ministros de ambos partidos por “la falta de concreción” en algunos puntos y por la “improvisación” en otros.

La desescalada comenzará el próximo 4 de mayo, se hará de forma asimétrica por territorios -con la provincia como referencia- y se llevará a cabo en cuatro fases de quince días hasta finales de junio. Toda España empezará en la fase cero a partir del próximo lunes, salvo las islas de Formentera, La Graciosa, La Gomera y El Hierro. En este tiempo la movilidad interprovincial estará restringida, salvo para circunstancias excepcionales.

Respecto a las medidas educativas, Sánchez prevé que con carácter general la vuelta al curso escolar será en septiembre, aunque contempla la apertura excepcional de algunos centros para conciliar la vida familiar y la laboral y para realizar la EBAU a partir de la fase 2 de la desescalada planeada por el Gobierno.

El presidente ha insistido en que será el Gobierno central quien dirija el proceso de transición y ha explicado que el Ministerio de Sanidad revisará cada 15 días la situación de los distintos territorios para evaluar un eventual cambio de fase. Respecto a la solicitud de nuevas prórrogas del estado de alarma, el jefe del Ejecutivo ha incidido en que será necesario analizar su conveniencia conforme pase el tiempo.