Según han señalado fuentes próximas a la familia, Manuel Iborra ha fallecido el pasado viernes aquejado de la enfermedad por COVID-19, después de endulzar durante décadas la vida de los vallisoletanos y visitantes con sus turrones, helados y otros dulces.

Iborra, de 87 años, representaba la tercera generación de esta familia que ha vendido sus productos en Valladolid desde hace décadas y estaba instalado en la ciudad desde finales de los años 60, cuando comenzó a hacerse cargo de la tienda a raíz del fallecimiento de su padre, Manuel Iborra Planells, que había abierto el establecimiento en 1957.

El abuelo del fallecido, Manuel Iborra García, había vendido turrones de Jijona desde principios del Siglo XX en un puesto ambulante en la acera de San Francisco de la Plaza Mayor así como en otras tiendas con las que llegaba a acuerdos para instalar sus productos.

A su muerte, en 1940, el padre de Manuel Iborra Sánchez continuó con la venta e incorporó los helados, en los que se había especializado. Iborra Planells fue quien asentó la tienda de dulces en la calle Lencería en 1957, antes de su fallecimiento en 1969, momento en el que cogió las riendas del negocio Manuel Iborra Sánchez.

El fallecido se retiró hace unos años de la actividad y, tras el fallecimiento de su esposa que regentó el negocio durante un tiempo, son tres de sus cuatro hijos quienes conforman la cuarta generación de 'iborras' en el despacho de turrones, helados y otros dulces y productos de alimentación.

Manuel Iborra Sánchez recibió hace poco más de dos años, en marzo de 2018, un homenaje por parte del Ayuntamiento de Valladolid y de la Federación de Comercio y Servicios (Fecosva) en un acto celebrado en el Salón de Recepciones de la Casa Consistorial. Aquel día, el alcalde de la ciudad, Óscar Puente, destacó que Iborra Sánchez pertenece a "una generación" de ciudadanos que "dio mucha prosperidad a la ciudad" y ha recalcado que sin su trabajo "el verano no sería lo mismo".