Cómo será (seguramente) el turismo de la "nueva normalidad"

  • El turismo interior y los alojamientos rurales serán los beneficiados en una primera etapa.
  • En medio de la naturaleza, buscaremos unas vacaciones en semiconfinamiento.
Alojamiento rural
Una pareja en un alojamiento rural.
TURISME
Alojamiento rural

Seguiremos viajando. En cuanto el virus primero y nuestra economía después nos lo permitan. Pero, ¿cómo serán esos viajes? ¿Con qué disposición de nuestra parte los haremos y con qué limitaciones nos encontraremos? Ya contamos que seremos prudentes, optaremos por destinos de proximidad y nos desplazaremos en vehículo privado.

Es lo que apuntaba un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que advertía de que el turismo español podría volver a un escenario similar al de los años setenta. Sí, aquellos tiempos en los que las familias se desplazaban en su propio coche y pasaban sus vacaciones en un apartamento veraniego.

Al respecto, dice el Barómetro Turístico Braintrust que los destinos nacionales coparán nuestros viajes durante los próximos meses, en función de las medidas que dicten las autoridades por el COVID-19. Todo apunta a que los alojamientos rurales serán los beneficiados en una primera etapa.

El informe destaca que los viajes en estas primeras fechas posteriores a la desescalada tendrán un enfoque distinto al formado de turismo masivo de años anteriores. Optaremos por otras alternativas como el turismo rural. Con el distanciamiento social obligado, el turismo interior se convertirá en el preferido, porque buscaremos destinos sin masificar.

Evitaremos el tren y el avión e intentaremos viajar solo en nuestro coche

De modo que en los próximos meses vamos a preferir los alojamientos de interior para la familia, con la naturaleza cerca y si puede ser con jardín y piscina. Será algo así como unas vacaciones en semiconfinamiento.

Según Braintrust, las modalidades de viajes disminuirán, con los servicios sueltos preferidos en más de un 75% de los casos, dejando los paquetes turísticos (más asociados a un concepto masivo) para otra ocasión. Todo ello incluyendo todo tipo de garantías de seguridad, tanto en los medios de transporte como en los alojamientos y servicios de entretenimiento.

La gran incógnita de ese verano es qué pasará en las playas. Va a ser difícil su disfrute y va a ser difícil garantizar la exigida distancia social. Los expertos creen que el turismo de playa existirá, claro, pero no será masificado (no debe serlo).

Parece claro que por las mismas razones, huir de los demás, este verano vamos a evitar los transportes colectivos (tren, avión o crucero). Es decir, intentaremos viajar solo en nuestro automóvil. Además, aún persistirán algunas de las restricciones que se vienen aplicando en aviones y trenes.

Hoteles con el menor factor humano posible

Hablábamos hace sólo unos días de que 'COVID Free' es la etiqueta con la que se quiere salvar al sector turístico. Impulsada inicialmente por la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid (AEHM), ahora el Instituto Tecnológico Hotelero (ITH) y la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) están trabajando en una guía única que englobe todos los protocolos higiénicos y sanitarios necesarios para la reapertura de los hoteles tras la crisis del coronavirus.

"El principio será para los hoteles como la entrada en vigor de la Ley antitabaco”

El director general del ITH, Álvaro Carrillo, dice a EFE que esa primera etapa será para los hoteles “algo parecido a la entrada en vigor de la Ley antitabaco”. La desconfianza obligará a hacer muchos cambios: para evitar aglomeraciones, para asegurar las distancias sociales y para evitar el contacto con los otros y con las cosas.

De ese modo, utilizaremos más las apps que harán el check-in mediante la validación de documentos de identidad y reconocimiento facial por biometría. En muchos ya usaremos los teléfonos móviles para abrir puertas y acceder a otros servicios.

En los restaurantes y comedores, la separación de mesas será imprescindible. Cambiarán mucho las condiciones de los bufet libres, donde todos tocamos los mismos elementos para servirnos. Esos comedores, como las piscinas y otros espacios comunes, reducirán su aforo para de ese modo poder guardar las distancias.

Claro que como sostienen la CEHAT y el Instituto de Calidad Turística Español (ICTE) el sello de seguridad sanitaria, ese 'COVID Free', se debería otorgar a los destinos, "porque el viajero no se alojará en un hotel seguro si el restaurante o el autobús no lo son, porque entonces no viajará a ese destino".

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