Carlo Frabetti: "Hay que escuchar a los niños y niñas y descubrir ese libro que les puede cambiar la vida"

Carlo Frabetti, ganador del Premio SM El Barco de Vapor 2020.
Carlo Frabetti, ganador del Premio El Barco de Vapor 2020.
SM
Carlo Frabetti, ganador del Premio SM El Barco de Vapor 2020.

Tenía un poco aparcada la literatura infantil, pero el Premio SM El Barco de Vapor 2020 a su libro ¿Quién quieres ser? ha sido todo un "estímulo". Carlo Frabetti (Bolonia, 1945) asegura que escribe para niños porque mantiene vivas sus primeras inquietudes y aboga por mantener con ellos un diálogo constante. Eva, la protagonista de su obra, de 12 años, no para de hacer preguntas. 

¿Cómo se siente al haber ganado el premio? Muy bien, la verdad, por varias razones. Un premio es una forma de que el libro se dé a conocer. Y luego, hacía bastante tiempo que mi carrera como autor de literatura infantil, precisamente desde que gané el Barco de Vapor en 2007, se había estancado y esto es un estímulo. Además, ha sido especialmente grato para mí compartirlo con Nando, con el que me identifico mucho en cuanto a su actitud ante la sociedad, la vida y ante las batallas que hay que librar para reivindicar los derechos de las minorías.

¿Cómo se apela a la inteligencia de los niños? Tiene una dificultad añadida. Existe el tópico de que escribir para niños es más fácil, pero creo que es exactamente al revés. Cuando tu lector o lectora son adultos, puedes apelar a su complicidad, usar la ironía, los dobles sentidos... puedes exigirles de alguna manera que completen el libro con su propia experiencia. Sin embargo, sobre todo en el caso de niños y niñas de 10-12 años, hay una serie de factores que no puedes dar por supuestos. Tienes que tener un especial cuidado en no crear equívocos y en no decepcionar ciertas expectativas.

En el libro habla del cambio climático, la mujer, la tecnología... siempre mirando al futuro. Estos niños y niñas van a heredar el mundo que nosotros hemos creado y van a tener la responsabilidad de corregir nuestros errores y de encontrar su propio rumbo. Hay que estimular su imaginación, su curiosidad y su interés hacia temas que hoy día están surgiendo y que habrán alcanzado su pleno desarrollo cuando ellos sean adultos. Por ejemplo, la inteligencia artificial. Compartir el mundo con máquinas inteligentes es algo que estamos empezando a gestionar, pero que ellos tendrán que afrontar de lleno, con todos los problemas éticos, psicológicos y estratégicos que planteará.

Y, sin embargo, tiene un recuerdo para Tom Sawyer... Claro, porque para entender el presente y preparar el futuro hay que conocer bien el pasado. Me alegro de que lo hayas observado, creo que es fundamental mirar hacia el futuro, pero con los pies en el presente y con la memoria bien nutrida por los logros y también por los errores del pasado.

Portada del libro '¿Quién quieres ser?', de carlo Frabetti.

CARLO FRABETTI

  • Bolonia, 1945. Matemático y escritor.
Es miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York. Ha publicado más de cien títulos, varios de ellos de matemática recreativa y acertijos lógicos, y muchos de ellos dirigidos a niños y jóvenes. También ha escrito literatura para adultos. Ha creado y sido guionista de programas de televisión como 'La bola de cristal'. En el año 2007 ganó también el Premio El Barco deVapor con 'Calvina'.

¿Cuáles eran sus libros favoritos de pequeño? Cuando somos pequeños crecemos muy rápido y en un año o dos puede cambiar la perspectiva. Como niño italiano, uno de mis clásicos fue Pinocho; también Alicia en el país de las maravillas. Las aventuras de Tom Sawyer fue otro libro muy importante con 8 o 9 años y un poco después descubrí a Julio Verne, que durante años fue mi autor de cabecera. Unía mis dos grandes intereses: la ciencia y la literatura.

En el libro reflexiona sobre la influencia de la televisión en los niños. ¿Están demasiado expuestos? Sí. Todos estamos expuestos de una manera excesiva al bombardeo continuo de unos medios de comunicación que, en gran medida, sobre todo mediante la publicidad, nos someten a estímulos que nos incitan a consumir, a alcanzar un cierto tipo de éxito que tiene que ver con la acumulación de bienes o con intentar ser más que los demás, etc. Los valores, entre comillas, que proponen muchas veces, con notabilísimas y valiosas excepciones, descuidan otros como la solidaridad o la formación intelectual. Y los niños y niñas son sensibles a estos mensajes y están especialmente indefensos.

Ilustración del libro '¿Quién quieres ser?', de Carlo Frabetti.
Ilustración del libro '¿Quién quieres ser?', de Carlo Frabetti.
JOAN CASARAMONA / SM

Ha sido guionista de 'La bola de cristal'. ¿Antes se hacía mejor televisión? Era una época diferente, un momento de transición, de cierto vacío de poder y despiste en el cual casi podías hacer lo que querías. Nadie se fijaba demasiado y no existía la tiranía de la audiencia. En la época en la que hice más televisión, los años 80 y principios de los 90, esta tiranía y el control ideológico tampoco eran tan grandes. Pero duró poco. De hecho, el programa se lo cargó el Gobierno del PSOE en pleno éxito porque decía que hacíamos propaganda comunista para los niños, una cosa absolutamente disparatada. Es cierto que intentaba hacer reflexionar y criticar a los poderes establecidos de una forma muy humorística y eso resultaba incómodo en ciertas esferas del poder. Y a mí mismo, que he de reconocer que tuve unos años en los que me ofrecieron trabajos interesantes e incluso muy bien remunerados, me acabaron defenestrando por 'rojillo'.

En el libro, el personaje de Ray aúna varias figuras, el abuelo, el profesor... ¿La sociedad en la que vivimos impide que los niños tengan referentes así? Sí, es lamentable. Aunque voy a apelar al 'no hay mal que por bien no venga'. El ritmo frenético de la vida contemporánea, que hace que muchos padres tengan que recurrir a sus propios padres para cuidar de los hijos, ha hecho que, en algunos casos, los niños hayan vuelto a relacionarse con sus abuelos, una cosa que se había perdido un poco. Creo que esta relación intergeneracional es esencial, que los niños tengan acceso a los ancianos de la tribu, y también que a los ancianos no se los mande al olvidadero cuando todavía pueden aportar. En parte lo digo por interés personal, porque yo también me he convertido ya en uno y estoy muy contento de poder seguir en activo.

¿Quién quería ser de mayor? Tardé mucho en tenerlo claro. Aparte, si escribo para niños y niñas es porque mantengo muy vivas mis inquietudes, miedos e ilusiones de cuando tenía 8 o 10 años. Me gustaban las matemáticas, y acabé haciendo la carrera, y escribir. Tenía claras algunas de las cosas que quería hacer, pero no quién quería ser. Creo que ese desconcierto está todavía más acentuado hoy en día, porque las perspectivas de futuro son un tanto inciertas. 

¿Alguna recomendación de libros para niños? No me atrevo a hacer recomendaciones generales. Los primeros lectores y lectoras han de encontrar aquellos libros que les lleguen directamente a sus zonas de interés. Un libro que para un niño o una niña puede ser interesante, para otro puede ser muy pesado. Por ejemplo, para mí fue fascinante Alicia en el país de las maravillas, lo habré leído 100 veces, sin embargo, no lo recomendaría a la mayoría de los niños. Lo mismo te diría de Pinocho, la versión original: puede ser traumático. Un libro que a todo el mundo le encanta y a mí me parece lamentable, El Principito, jamás se lo recomendaría a un niño, porque lo puede deprimir a muerte. Y no digamos los cuentos de Andersen El soldadito de plomo y La pequeña cerillera... Hay que tener mucho cuidado. Y esa es una de las principales funciones pedagógicas, desde mi punto de vista, o educativas, en el sentido más amplio y más noble del término, de padres, maestros y de las personas que os dedicáis a fomentar la lectura entre los niños y niñas: dialogamos poco con ellos, hay que escucharlos, saber lo que necesitan y descubrir ese libro que les puede cambiar la vida.

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