El ozono es una molécula que está compuesta por tres átomos de oxígeno. Se forma con la disociación de los átomos que componen el gas oxígeno que, mediante las colisiones entre ellos, generan la formación del ozono, tal y como se explica en la web de ASP Ozono, especializados en servicios de desinfección mediante la utilización de esta sustancia.
La mayoría de la gente, cuando oye mencionar esta molécula, relaciona este término con la conocida como capa de ozono. En la atmósfera, compuesta por cinco capas diferentes, la troposfera concentra el 10% del ozono, mientras que la estratosfera concentra el resto de este gas. La estratosfera es la que se conoce como capa de ozono y su importancia radica en la facultad que tiene esta sustancia para eliminar agentes contaminantes, como explica la web de Sostenibilidad EDP.
¿Por qué sirve para desinfectar?
El ozono presenta una gran eficacia en la desinfección contra virus, bacterias, hongos y protozoos, así como propiedades que permiten la eliminación de malos olores y contaminaciones químicas. Esto es debido a su gran poder oxidante.
Además, otra de las propiedades del ozono es su nula residualidad, ya que se descompone de forma rápida en oxígeno y dióxido de carbono, por lo que no deja subproductos tóxicos, tal y como informa Cosemar Ozono, especializados en tratamientos de desinfección con ozono.
El ozono desinfecta debido a que, al estar compartiendo los electrones entre tres átomos, la molécula resultante tiende a captar electrones de cualquier compuesto que se le aproxime, lo que le convierte en un fuerte oxidante. Así, al captar electrones de otras moléculas, las oxida hasta destruirlas, siempre y cuando la concentración de ozono y el tiempo de contacto sea suficiente.
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