Los vecinos de Madrid planean actos alternativos a sus fiestas canceladas

Varias personas sentadas en los balcones de sus casas durante la cuarentena.
Varias personas sentadas en los balcones de sus casas durante la cuarentena.
JORGE PARÍS
Varias personas sentadas en los balcones de sus casas durante la cuarentena.

Los madrileños no disfrutarán este año ni de San Isidro ni de la Batalla Naval de Vallecas. Tampoco asistirán a las celebraciones de San Lorenzo, de La Paloma, de San Cayetano, de Los Mayos en Malasaña o a las que tienen lugar en el barrio El Pilar tras el verano. El Ayuntamiento de Madrid ha cancelado todas las fiestas populares y de distrito que estaban fechadas en los próximos seis meses: desde mayo hasta el 31 de octubre de 2020.

Lo vecinos ya aguardaban la noticia. Es más, algunos de ellos se habían adelantado a ella. "Nosotros ya habíamos tomado la decisión de suspender este año la Batalla Naval", dice la portavoz de la Cofradía Marinera de Vallekas, Elvira Ojeda. "Son unas fiestas con mucha identidad, pero queremos ganar al contagio de esta enfermedad y vamos a colaborar lo máximo posible", sostiene la asociación que participa cada julio en este festejo. 

Y para cuando los ciudadanos hayan superado esta situación "haremos una fiesta simbólica", añade Ojeda, quien lamenta que su distrito sea el que esté "poniendo más muertos encima de la mesa".

Vallecas hará un homenaje a los fallecidos y recompensará a sus vecinos. Igual que el barrio de El Pilar cuyas fiestas atraen a cientos de madrileños cada octubre. "Entendemos que en el marco de las actividades culturales que podemos desarrollar los vecinos del barrio hay otras opciones que no pasan por las fiestas que hemos conocido siempre". Por eso, "vamos a pensar con la mayor creatividad posible para desarrollar espacios culturales que no supongan un desembolso", apunta la presidenta de la Asociación La Flor, Carmen Espinar.

Pero antes que las fiestas del Pilar, la agenda cultural citaba el 2 de mayo al barrio de Malasaña donde "lógicamente" daban por perdida esta edición. Lo explica el portavoz de la Asociacion Acibu de Malasaña, Jordi Gordon, que ya se está reuniendo con sus compañeros para planear "alguna fiesta de vecinos desde los balcones".

En definitiva, fiestas alternativas impulsados por los propios vecinos que no acarreen gastos. "No queremos reprogramar el dinero en las fiestas. La emergencia social es lo primordial ahora", señala Espinar, mientras que Ojeda cuenta cómo desde su asociación están donando comida a las familias más vulnerables. Ambas están de acuerdo en que el dinero de sus fiestas se destine a la crisis social, tal y como lo ha anunciado este jueves la vicealcaldesa, Begoña Villacís.

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