Se acaba otra semana en plena crisis del coronavirus. Y el análisis que hace el Gobierno trata de ser optimista, sobre todo en el medio plazo. Este domingo comparecieron en Moncloa cuatro ministros: Salvador Illa, José Luis Ábalos, Fernando Grande-Marlaska y Margarita Robles, justo después de la reunión de Pedro Sánchez con los presidentes autonómicos. Hicieron balance tanto del encuentro como de la situación de España en la pandemia.

Empezó hablando el propio Illa con una idea "firme" de "cooperación" del Gobierno central con las autonomías. Tras un análisis muy breve de los datos sobre casos de Covid-19, el ministro comentó que sigue siendo "una fase complicada que requiere medidas duras" pero España está yendo "en la buena dirección". Eso sí, queda "mucho camino por recorrer". Illa reiteró la idea de prorrogar el estado de alarma hasta el 10 de mayo, previo paso por el Congreso este miércoles. "El objetivo sigue siendo proteger la salud y la seguridad y contener la enfermedad", así como evitar el colapso de loso centros sanitarios.

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La extensión, como ya dijo el presidente, tendrá modificaciones, como la salida de los niños y niñas a partir del 27. "Las condiciones se concretarán en el Consejo de Ministros y requerirán de la autorización del Congreso", sostuvo el ministro. Y en cuanto a la desescalada, el proceso será "lento" en función de "cómo evolucionen los datos". Las comunidades ya han dejado algunas de sus propuestas, que se irán cerrando a lo largo de los próximos días.

El Ejecutivo central insiste en la necesidad de intensificar la "coordinación y la colaboración" de todas las instituciones, para que, aunque haya matices, por parte de las autonomías, debe ser una postura consensuada, tanto en materia sanitario como en otras como la educativa.

La detección de casos, evidentemente, no cesará. Seguirá siendo importante "el aislamiento" y el "seguimiento", en palabras de Salvador Illa. La línea de suministro de material sanitario y de test es ya "permanente", según el Gobierno, algo que ya había confirmado también Sánchez en su comparecencia del sábado. Terminó su parte el ministro de Sanidad esgrimiendo que la regulación de precios de las mascarillas, guantes o geles quedará fijada "en un plazo máximo de 48 horas".

En relación a la posición, por ejemplo, de la Generalitat de Cataluña sobre la recuperación de competencias, Illa apuntó que el Gobierno insistirá en la "colaboración" con las comunidades, pero "todo el mundo sabe" que las decisiones corresponden al Ejecutivo central como mando único.

"España tiene por delante un largo proceso de reconstrucción"

Por su parte, Margarita Robles uso términos similares al resto en su parte de agradecimiento a los profesionales y el resto de ciudadanos. La ministra de Defensa apuntó que lo importante es "salvar vidas" y que para eso "no hay colores políticos". Por eso es muy importante ir de la mano de las comunidades autónomas: "España tiene por delante un largo proceso de reconstrucción". Así, agradeció la participación de los presidentes autonómicos con las "propuestas y críticas constructivas".

Robles defendió la labor del Ejército estas semanas. "Hemos intentado que nadie se sintiera solo", sostuvo la ministra, poniendo el énfasis en las residencias de mayores, asunto en el que el Gobierno se siente "profundamente" implicado para paliar la complicada situación que se vive. Desinfecciones y traslados de enfermos han sido y son dos de las acciones más repetidas por parte de las Fuerzas Armadas. "Tratamos de ayudar en la primera línea", sentenció, valorando también el trabajo conjunto, por ejemplo, con la Comunidad de Madrid.

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La ministra reconoció que los datos son "alentadores" pero quiso hacer una llamada "a la prudencia". No se puede bajar la guardia. Para Margarita Robles, los próximos días hay que ser "muy prudentes" porque no se puede "desandar lo andado" en la lucha contra el coronavirus. "Este virus lo vamos a vencer todos unidos", pidió Robles.

En su turno de palabra, Marlaska se sumó a las palabras del resto. Reconoció el titular de Interior que la gente "ya lleva mucho tiempo" confinada, pero el país ya se enfrenta "a otras cifras", incluso "a otro virus". Por ello, se puede ver "otro horizonte". El Ejecutivo insistió en la transición hacia la desescalada, pero con calma porque "seguimos confinados".

"Si los números y las valoraciones son estos se debe a la responsabilidad y a la autoexigencia de los ciudadanos", prosiguió el ministro. Sobre el trabajo de las FCSE, elogió que no se hayan limitado solo a proteger el orden público, sino también la "seguridad humana", garantizando "la salud del conjunto de los ciudadanos" y el funcionamiento de los servicios esenciales, así como la protección de las víctimas de violencia machista.

Defensa de la "libertad de expresión" porque es "sagrada"

Sobre el flujo de información, Marlaska y Robles coincidieron en defender la "libertad de expresión" y en asumir las críticas que pueda recibir el Gobierno. "Que nadie pueda decir lo contrario" porque "el estado de alarma no restringe esa libertad de expresión, que es algo sagrado", concluyó Robles.

El último ministro en intervenir fue José Luis Ábalos. "Muchos son los que están dando lo mejor de sí mismos", dijo, antes de añadir que es importante "destacar el valor de lo público en circunstancias como esta". El titular de Transportes aseveró que el mensaje ha de ser de unidad. "Cuando pasemos esto, nadie va a ver los presupuestos que se destinen a Sanidad como un gasto, sino como una inversión". Lo mismo, también, en materia educativa o en ayudas a los colectivos  y familias más vulnerables.

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"Hemos rediseñado un sistema de transportes muy restringido pero a la vez seguro", reveló Ábalos. Con la vuelta de muchas actividades, hubo que "adaptar" la red. Y las conclusiones del ministerio son buenas, según apuntó su titular. "Los ciudadanos siguen cumpliendo con su responsabilidad". Las cifras, de hecho, "son muy inferiores" a las fechas anteriores a la crisis. "Esta pandemia alumbrará la conciencia global de los valores colectivos. Porque solo no se salva nadie".

Ábalos acabó pidiendo una nueva cultura política para llegar a acuerdos y aseguró rotundo que las duras medidas tomadas por el Ejecutivo no se dan "por el capricho de un Gobierno", sino por la situación de emergencia "que todos estamos viviendo".