El virus distancia a los diputados gallegos del Congreso: del piso en Madrid a los 600 kilómetros en coche

La pandemia por el covid-19 ha confinado a los ciudadanos de todo el Estado desde el pasado 14 de marzo, cuando fue decretado el estado de alarma, y aunque se han mantenido los servicios esenciales y parte de los no esenciales continúan su actividad presencial, buena parte de la población permanece en sus casas un mes después. Las precauciones sanitarias también confinaron y distanciaron a los diputados, que han vivido distintas experiencias, desde quedarse en la capital hasta recorrerse los 600 kilómetros hasta Madrid 'del tirón'.
Collage de fotos originales del archivo del Congreso y de los partidos PP, PSOE, BNG y Galicia en Común
Collage de fotos originales del archivo del Congreso y de los partidos PP, PSOE, BNG y Galicia en Común
FOTOS CONGRESO Y PARTIDOS
Collage de fotos originales del archivo del Congreso y de los partidos PP, PSOE, BNG y Galicia en Común

Así, el diputado del BNG Néstor Rego decidió ya el 9 de marzo quedarse en Madrid para "evitar" la posibilidad de "expandir" el virus en Galicia -ya había saltado el primer caso importado en la Comunidad gallega y el foco de contagios estaba en ese momento en la capital española-, mientras que el socialista Diego Taibo tendrá en la retina para siempre su llegada al Congreso con mascarilla y guantes en una toma de posesión del escaño en plena pandemia del coronavirus en la que no pudo estar acompañado de familiares.

Tampoco le pasará por alto al diputado de Galicia en Común, que al igual que los anteriores es representante por A Coruña, Antón Gómez-Reino. El parlamentario de los 'comunes' ha sido padre por segunda vez en plena cuarentena por dar positivo por covid-19 y ahora, tras dar negativo, se ha incorporado de nuevo a su actividad para presidir la Comisión de Trabajo y Seguridad Social en la Cámara Baja, pero todavía no conoce en persona a su pequeña.

Paralelamente, la popular Tristana Moraleja prepara su primer viaje a Madrid, ya que, al menos el próximo día 30 de abril, tiene que asistir a la Comisión de Industria. Su compañer del PP por Lugo, Jaime de Olano, ya tenido que ir en coche para cumplir sus obligaciones en un Congreso que hasta ahora permaneció a 'medio gas', pero en el que poco a poco la actividad se retoma. Ahora sus señorías tienen que planificar su vuelta.

Diputada y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz mantiene su actividad, fundamentalmente telemática, desde la sede del ministerio, si bien la próxima semana, previsiblemente el martes, comparecerá en el Congreso. El estado de alerta le coincidió con la mudanza plena de ella y su familia a Madrid, por lo que su núcleo próximo está unido.

Y tal y como han asegurado fuentes del ministerio a Europa Press, trata de "conciliar" también su labor de madre y la ayuda en las tareas a su hija con las "numerosas" reuniones que mantiene a lo largo del día, a lo que se suma la labor de "diseñar de medidas" para paliar la situación laboral derivada de la crisis del covid-19.

Y no en vano, el teletrabajo es la palabra más repetida desde que saltó el estado de alarma, no solo para la población en general, sino también para los diputados. "No me quito los cascos de las orejas", ha señalado Tristana Moraleja a Europa Press, en una entrevista en la que ha explicado que han seguido "trabajando tan intensamente" como hasta ahora, aunque ha lamentado que el Congreso no estuviese a pleno rendimiento: "nos cogió a todos muy de golpe, de repente no había plenos".

Así, la diputada por A Coruña ha reivindicado que, de las "1.315 iniciativas presentadas por su grupo, el 70 por ciento las ha firmado algún parlamentario popular gallego" y ha señalado las múltiples reuniones que se han seguido desde entonces. Pero para la asistencia al Congreso, Tristana Moraleja ha reconocido que tendrá dificultades para llegar a Madrid el próximo día 30: "no hay trenes ni aviones para ese día". Así que tendrá que optar quedarse dos días en algún alojamiento que consiga en la capital o hacer en coche los kilómetros "del tirón".

Precisamente así fue como Diego Taibo se trasladó para tomar posesión de su escaño en sustitución de Pablo Arangüena, que renunció a su acta para acudir en las listas del PSdeG de las autonómicas convocadas para el 5 de abril -y que finalmente fueron suspendidas por la pandemia-.

"En plena vorágine del estado de alarma, preferí no ir en transporte público, fui en mi coche y lo hice 'del tirón'. Dormí unas horas en Madrid, en el piso de un familiar que me prestó, porque no había hoteles; y volví", ha explicado a Europa Press el que fuera concejal en Culleredo. Situación similar fue la que vivió Uxía Tizón, que sustituyó a Marina Ortega, y que durmió en un apartamento, pero "tuvo bastantes problemas para encontrar habitación".

Desde entonces, sigue una actividad telemática y no ha tenido que regresar al Congreso, en donde se decidió la asistencia del mínimo de diputados posible. "Me impactó el miedo en los ojos del policía que me paró en la Puerta de Sol en un control. Le enseñé mis credenciales y me dijo, con miedo en los ojos: señoría, tenga mucho cuidado", ha manifestado, en declaraciones a Europa Press, Diego Taibo.

Con bocadillos y el café que se llevó desde su casa, apenas pudo surtirse de nada más que carburante en una estación de servicio automática a 200 kilómetros de su destino. Igual que Antón Gómez-Reino, que regresó de Madrid, en su caso en tren, el pasado jueves después de presidir la comisión de Trabajo y Seguridad Social, en la que compareció el ministro José Luis Escrivá.

El confinamiento de Gómez-Reino fue por partida doble, porque dio positivo por coronavirus. De forma que, en cuanto tuvo síntomas, se autodecretó cuarentena (todavía no había saltado el estado de alarma y había realizado actos públicos en Santiago de Compostela con motivo de su candidatura a la Presidencia de la Xunta). El periodo de confinamiento se confirmó tras arrojar positivo y acaba de salir de casa por primera vez. Tras más de un mes del estado de alarma, destaca que el Congreso ahora se va a "descongelar": "es necesario, no sé si oportuno, pero necesario seguro".

Su periplo a Madrid transcurrió en tren, con avituallamiento prepardo en casa. En la capital se quedó en la habitación vacía de un piso que le cedió una compañera, ya que el hostal al que habitualmente acudía está cerrado. "Distanciamiento entre los pasajeros, controles para conocer el motivo del viaje y medidas de protección", así describe la situación en los vagones.

Asegura que su cuarentena entiende que ha sido "igual de dura que la del resto de ciudadanos", si bien a él le ha coincidido con el nacimiento de su segunda hija en Argentina. "Toca repensar", con todo, ha reflexionado: la "forma" en la que se ha vivido hasta ahora, en que todo estaba al alcance de una forma "inmediata", los recursos que se usan y hasta el cambio climático.

AUTOCOFINAMIENTO

Quien se quedó por decisión propia cuando Madrid empezó a ser el principal foco de covid-19 fue el diputado del BNG. De hecho, su formación política pidió en varias ocasiones el "cierre" de la capital para evitar la propagación del virus y, en "coherencia", tanto él como el resto del equipo se quedaron confinados ya hace más de un mes.

Rego ha asistido a las cuatro sesiones plenarias que ha habido desde entonces y permanece en contacto con su formación vía telemática. "Mantuve mi compromiso de seguir trasladando las propuestas e iniciativas de Galicia en el Congreso", ha manifestado a Europa Press, en las ha reivindicado las decenas de iniciativas y batería de propuestas ya registradas en lo sanitario, económico y social.

Al Congreso acude a pie, a unos 15 minutos andando de su vivienda. Lo que más le 'duele' es estar separado de su familia, mientras que asegura que "miedo" no es lo que siente, sino que sigue su trabajo con las "debidas precauciones". "Lo llevo razonablemente bien, siempre estoy ocupado con trabajo del Congreso, encuentros virtuales, Executiva... Esto permite que los días pasen de otra manera", ha afirmado Rego, quien reconoce que "en cuanto pueda" regresará a Galicia. Pero se mantiene "prudente" y apela a que "hay que asumir, racionalmente, que en la vida, las cosas a veces son complicadas".

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