Este casco sirve para insuflar aire con presión positiva en pacientes y que ha sido desarrollado y adaptado para poder ser utilizado en el tratamiento frente a la COVID-19. Parte de las piezas de este dispositivo han sido fabricadas en impresión 3D y en el desarrollo final han participado una veintena de empresas, según ha informado el Principado en nota de prensa.

El prototipo está ya dispuesto para su fabricación y distribución de forma altruista por parte de las empresas a centros donde sea necesario. En un principio, se destinará a países de Iberoamérica y África que se han interesado por su uso. Los promotores de la iniciativa han precisado que actualmente no es necesario su uso en Asturias, pero están preparados para poder escalar su producción y atender las peticiones que pudiesen realizarse. Actualmente, el consorcio está en disposición de fabricar unas diez piezas diarias.

El consejero de Ciencia, Innovación y Universidad, Borja Sánchez, ha participado este viernes en la presentación del dispositivo, y ha destacado el potencial de la I+D+i de las empresas asturianas, así como el valor de la innovación de este tipo de iniciativas altruistas en la lucha contra el coronavirus.

En la presentación también se han mostrado las pantallas de protección en impresión 3D que están pendientes de un último trámite en el proceso de homologación, antes de iniciar la producción de forma masiva para atender las necesidades que se planteen.