"He oído lo del 'tikis-mikis' y quiero algo para fumigarlo y comer pescado fresco"

  • Un libro recoge las anécdotas más divertidas vividas en las farmacias.
  • Un hombre pidió profiteroles en lugar de profilácticos.
  • "Necesito anillos de los Nibelungos", cuando quería decir anillos vaginales Nuvaring.
Farmacéutica atendiendo a un cliente. (ARCHIVO)
Farmacéutica atendiendo a un cliente. (ARCHIVO)
Farmacéutica atendiendo a un cliente. (ARCHIVO)

Pedir locutorio, en vez de colutorio; aspirinas fluorescentes, por efervescentes; calmantes contaminados, en lugar de los más sanos vitaminados o "Piterpán" por Primperán, son algunas de las "traducciones" que diariamente deben hacer los farmacéuticos ante las peticiones que reciben de sus clientes.

A veces la pronunciación de determinados productos resulta una tarea verdaderamente complicada para el consumidor y entender su significado para el vendedor.

No son leyendas urbanas, pero la ingenuidad de algunos supera la ficción

En el libro 'Anécdotas de farmacéuticos. ¿Turno de guardia o en guardia?' de Carlos García Costoya, se recogen todo tipo de anécdotas que, según su autor "no son leyendas urbanas" ya que la ingenuidad y una escatología poco pudorosa de algunos clientes supera considerablemente a la ficción.

Así, entre otras, está la del que pidió 'supositorios de nitroglicerina' y regresó a su casa con unos menos peligrosos de glicerina; quien fue a buscar "agua exagerada", se quedó con una más discreta oxigenada, y el hombre que pidió unos profiteroles, se fue mucho más contento con su caja de profilácticos que si, como reclamaba, le hubieran entregado unos pastelitos rellenos de nata.

Traducciones imposibles 

A veces, las peticiones además de cómicas son imposibles de cumplir. "He oído en la tele lo del 'tikis mikis' -por el parásito anisakis- del pescado y quiero algo para fumigarlo y podernos comer el pescado fresco", u esta otra: "Necesito anillos de los Nibelungos" cuando, realmente, lo que su mujer le había pedido que comprara eran unos anillos vaginales Nuvaring.

El libro, que también hace un repaso de la presentación de los medicamentos, motivo muchas veces de confusión, cuenta la historia de una mujer que se quejaba de que su médico casi la había echado de la consulta por pedir "sexooral", cuando lo que realmente necesitaba era una receta de 'Seroxat'.

El periodista asegura que quiere rendir homenaje así a la labor que desarrollan los farmacéuticos, que en ocasiones tiene que traducir frases como "ayer en el Hospital Camilo Sesto (por San Camilo) me hicieron un escarnio (escáner)" o "Por los sudores que tengo, creo que ya me ha llegado el delirium tremens gestacional" (más conocido como menopausia).

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