Los actores españoles acompañan al festival en su primera puesta de largo

  • La gala de inauguración comenzó entre silbidos de los asistentes.
  • Protestaban por la más de media hora de retraso que acumulaba.
  • Numerosas caras conocidas llenaron el escenario y teatro Calderón.
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Elías Querejeta recibe la Espiga de Honor.
Elías Querejeta recibe la Espiga de Honor.
RUBÉN CACHO/ICAL
Elías Querejeta recibe la Espiga de Honor.

La gala de inauguración de la Seminci que se  celebró esta noche batió todos los récords. Récords de caras conocidas del cine español, récord de retraso en su hora de comienzo (arrancó 35 minutos tarde) y récord de fallos de coordinación y sonido.

De hecho, los espectadores, principalmente los de las zonas más altas del teatro Calderón, mostraron su desacuerdo con el retraso con pitidos y pataleos antes de que todo comenzase a rodar.

La puesta de largo de la 53º Semana Internacional de Cine de Valladolid no defraudó, y mucho menos en lo que a glamour se refiere. Los asistentes que esperaban en las puertas del Calderón pudieron disfrutar de numerosas caras conocidas del cine español.

Juan Diego Botto, María Valverde, Imanol Arias, Silvia Marsó, Basilio Martín Patino, Nacho López, Gracia Querejeta, Candela Peña, Mar Flores, Goya Toledo, Estefanía Luik, Lola Marceli, Ángeles González Sinde, Luis Tosar y Antonio de la Torre fueron sólo algunos de las caras que se pudieron ver.

También, y como no podía faltar, los miembros del jurado encargados de decidir quién se llevará la Espiga de Oro, dotada con 50.000 euros, Juanjo Puigcorbé, Cayetana Guillén Cuervo, Beatriz de la Gándara, Latif Lahou, Parviz Kimiavi y Gerardo Olivares y los homenajeados Gonzalo Suárez y Elías Querejeta, que recibió la Espiga de Honor al finalizar la gala, que duró cerca de una hora y media.

Jorge Sanz y José Toledo fueron los encargados de descubrirnos todos los detalles de la Semana y de salvar los errores de sonido que se produjeron en sus micrófonos y en los vídeos que acompañaron cada una de las secciones.

Música, baile y un escenario sin ningún otro elemento que un atril y una gran pantalla en la que se proyectaban las secciones y las películas que se podrán ver en los próximos nueve días fueron los elementos escenográficos entre los que desfilaron asistentes e invitados.

Para finalizar, los espectadores, que este año casi llenaron el patio de butacas, pudieron ver la película jordana Capitán Abu Raed en la que un hombre se convierte en un héroe al no consentir que se arruine la vida de dos niños vecinos suyos.

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