La empresa ha mostrado este jueves a los medios de comunicación todas las medidas preventivas que se han tomado en la planta y que se han llevado a cabo siguiendo un protocolo firmado con los representantes de los trabajadores. Lo ha hecho en un acto en el que han participado el director de Recursos Humanos de la fábrica, Carlos Iglesias, y la responsable de prevención y Salud Laboral, Marta Laborda.

"La prioridad del Grupo PSA es la salud y la seguridad de sus empleados, por eso hemos definido un protocolo de prevención con medidas reforzadas para garantizar que todos nuestros empleados puedan reanudar la actividad de una forma segura", ha expuesto Marta Laborda.

De esta forma, en la factoría zaragozana se han establecido distintas medidas de protección individual y colectiva, organizativas y técnicas. "Los empleados recibirán EPI -equipos de protección individual- para que estén bien protegidos pero también se han incrementado las frecuencias de limpieza y se han reorganizados las áreas para mantener la distancia social".

Además, Laborda ha pedido a los trabajadores "responsabilidad personal", es decir, que "si tienen síntomas avisen, que no vengan a trabajar para colaborar con la no propagación del virus".

En estos momentos, todos los trabajadores de la empresa están afectados por un expediente temporal de regulación de empleo (ERTE) por fuerza mayor que, tras la finalización del estado de alarma, será sustituido por un ERTE por circunstancias de la producción.

De esta forma, se espera que la plantilla se vaya incorporando a sus puestos de forma paulatina, cuando las condiciones sanitarias lo permitan y conforme vaya aumentando la carga de trabajo tras el parón causado por la crisis de la COVID-19. Esta incorporación poco a poco permitirá controlar mejor las medidas de seguridad.

Así, se han planificado turnos de producción para evitar aglomeraciones en la entrada y salida de la planta. Los primeros días se incorporarán sólo los empleados de la línea dos, en uno de sus turnos, y después los otros turnos y líneas de forma escalonada. Se favorecerá el teletrabajo en los casos de empleados de oficinas siempre que sea posible y las reuniones serán telemáticas.

Este proceso, hasta la incorporación de todos los trabajadores cuando la situación lo permita, puede durar entre 6 y 8 semanas.

VUELTA AL TRABAJO

Con la vuelta de los trabajadores, la empresa aplicará todas las medidas de seguridad que ya ha preparado en la planta. Lo primero será controlar el flujo de gente en accesos y salida, dispondrá de todo lo necesario para una correcta higiene y ayudar a que los empleados mantengan las distancias recomendadas por sanidad.

El día de su incorporación, se entregará a los trabajadores unas gafas protectoras -o pantallas para las personas que trabaje en proximidad inferior a un metro de manera continuada por no ser posible aplicar medidas alternativas de distanciamiento- y un bote de gel hidro alcohólico. Además, la empresa les proporcionarán cuatro mascarillas por día.

Los accesos a la planta se realizarán por las tres puertas habituales -3, 4 y 5-. Se ha marcado el suelo para garantizar que los empleados cumplen con las distancias de seguridad y se gestionará la bajada de los trabajadores de los autobuses.

En las puertas 3 y 5 se han instalado termográficas de control de temperatura. El objetivo es garantizar que ningún empleado accede a la planta con temperatura alta.

Cuando el resultado de esta medición de temperatura sea superior a 37,5 grados se aislará a las personas en una zona de la entrada y se avisará al servicio médico para que, en atención a los resultados de su evaluación, aplique el protocolo establecido y medidas de aislamiento, en su caso.

Los accesos por la puerta 4 se mantendrán solo para los visitantes y para el periodo entre cambios de turno. Al resto de los empleados se les indicará que deben acceder por las puertas 3 y 5. En todas las puertas de acceso se han señalizado las consignas higiénicas recordando la prohibición de entrar si se presentan síntomas.

INTERIOR DE LA PLANTA

En el interior de la planta, así como zonas comunes, vestuarios, oficinas o salas de reuniones, se han señalizado en el suelo las distancias a respetar, se han realizado cambios en la disposición de máquinas 'vending', clausurado fuentes y se han identificado también sanitarios a utilizar en baños, con el objetivo de facilitar al máximo la consigna de mantener una distancia mínima entre empleados.

La planta ha establecido rutinas de limpieza e higienización de las zonas comunes, adicionales a las que se realizan habitualmente. Entre otras, diariamente se va a "fumigar" las zonas de alto tránsito tanto en el interior como en el exterior, usando una solución desinfectante adecuada para tal efecto.

Los trabajadores tendrán que aplicar unas rutinas de limpieza, tanto personal como de las partes de la maquinaria que hayan tocado, a la finalización del turno, en las pausas o siempre que haya una rotación en un puesto de trabajo.

En el caso del personal en puestos vinculados a una línea de producción, las pausas establecidas facilitan que se pueda realizar de forma frecuente el lavado de manos. Para esto se dispone de pilas lavamanos a lo largo de la planta que, además, han sido adecuadas por medio de mamparas separadoras para que se puedan usar por dos empleados a la vez.

Además, se regula el uso de los vestuarios, cuyo acceso se limita lo mínimo imprescindible, es decir, solo los trabajadores que más se ensucien -los de pintura- mientras que al resto se les pedirá que se cambien en casa. Los grifos de las fuentes permanecerán fuera de servicio y se proporcionará a los empleados agua embotellada.

Para el acceso a la factoría se recomienda el transporte individual y, en caso de que no sea posible, que el vehículo compartido se limite a dos personas, sentándose el pasajero en la parte trasera opuesta al conductor.

AUTOCONTROL DEL ESTADO DE SALUD

La dirección de PSA también ha acordado con los representantes de los trabajadores la puesta en marcha de un 'check-list' de autocontrol del estado de salud de cada empleado, eliminando su firma, a fin de facilitar que cada trabajador realice seguimiento de posibles síntomas, tanto en los 14 días anteriores al inicio de actividad, como de modo diario, una vez iniciada ésta.

El objetivo de dicho proceso es que sólo las personas que no presenten síntomas accedan al Centro y que, en caso de constatar alguno de ellos contacten con el servicio médico para evaluación individualizada de sus casos, siguiendo el protocolo que el servicio médico de empresa tiene definido para estos casos.

El primer día de acceso a la planta se les solicitará a todos los empleados que acrediten que no han presentado síntomas durante los 14 días anteriores a la incorporación por medio de documento firmado.

Sindicatos y dirección de empresa han acordado construir una comisión de seguimiento del protocolo sanitario. Todas estas medidas de seguridad se han implantado tomando como ejemplo las puestas en marcha en la planta que el grupo automovilístico tiene en Wuhan (China), primer sitio en el que se han tenido que enfrentar al coronavirus.

La dirección de la planta de PSA en Zaragoza no tuvo conocimiento de ningún caso de coronavirus antes de que parase la producción con la aplicación del ERTE por fuerza mayor. El último turno que trabajó fue el de la noche del 16 al 17 de marzo.