Las claves del crimen de la Urbana, del que ya hay sentencia: un triángulo amoroso en el que sobraba la víctima

La comitiva judicial del crimen de la Guardia Urbana sale de la Audiencia de Barcelona para la inspección ocular de la casa de la acusada Rosa Peral (c) en Cubelles (Barcelona) (España), a 24 de febrero de 2020.
La comitiva judicial del crimen de la Guardia Urbana sale de la Audiencia de Barcelona para la inspección ocular de la casa de la acusada Rosa Peral (c) en Cubelles (Barcelona) (España), a 24 de febrero de 2020.
Pau Venteo - Europa Press - Archivo
La comitiva judicial del crimen de la Guardia Urbana sale de la Audiencia de Barcelona para la inspección ocular de la casa de la acusada Rosa Peral (c) en Cubelles (Barcelona) (España), a 24 de febrero de 2020.

La Audiencia de Barcelona ha condenado a los dos agentes de la Guardia Urbana de Barcelona, Rosa Peral y Albert López, a 25 y 20 años de prisión respectivamente por haber asesinado con alevosía a la pareja de esta, Pedro Rodríguez, también miembro de la Urbana, cuyo cuerpo apareció calcinado en el interior de su vehículo estacionado en una pista forestal junto al pantano de Foix (Barcelona) en mayo del año 2017. La condena se ha hecho pública este miércoles y en esta, el juez argumenta la mayor pena para Peral al aplicarse "el agravante de parentesco" con la víctima.

Además, los sentenciados tendrán que indemnizar con 885.000 euros a los familiares de Pedro y tendrán que pasar 10 años de libertad vigilada una vez cumplan sus penas. Tampoco podrán acercarse a menos de 1.000 metros a los familiares directos del fallecido.

La defensa de López ha anunciado este mismo miércoles que recurrirá la sentencia y que pedirá la repetición del juicio. Sostiene que el jurado popular redactó el veredicto siguiendo solamente la versión sostenida por el fiscal, que tacha de "ilógica e irreal". 

Tras un juicio mediático con jurado popular que se ha visto acelerado por la emergencia sanitaria del coronavirus, el juez ha considerado probado que ambos acusados planificaron y llevaron a cabo un plan para matar y deshacerse del cuerpo de la víctima, que les estorbaba en una relación sentimental que Peral y López retomaron en 2013. 

Cronología del caso: relación amorosa a dos bandas, celos y deseos de venganza

A finales de 2016, reza la sentencia, Peral se separó de su marido, con el que tuvo a sus dos hijas, y consolidó su relación sentimental con Pedro Rodríguez, que se trasladó a vivir con ella a la casa familiar de Vilanova i la Geltrú. Fue en enero del año siguiente, 2017, cuando López fue conocedor del compromiso entre Peral y Rodríguez. Entonces, ambos acusados mantuvieron un fuerte enfrentamiento. 

López también informó a Rodríguez de la existencia de este triángulo amoroso, lo que provocó en la víctima una gran desconfianza hacia su pareja con "celos y discusiones frecuentes", indica el magistrado en su escrito final. En López, por su parte, se fue desarrollando un fuerte "sentimiento de venganza" hacia Rodríguez. 

El juez argumenta la mayor pena para Rosa Peral al aplicarse "el agravante de parentesco" con la víctima

El veredicto también considera probado por parte del jurado popular que, entre los meses de marzo y abril de 2017, los dos acusados volvieron a acercar posiciones y "llegaron a la conclusión de que la víctima obstaculizaba su relación". Trazaron un plan para matarla y lo pusieron en práctica la noche del 1 al 2 de mayo de 2017. 

El plan consumado: un falso enfrentamiento entre víctima y exmarido

Según detalla el juez en las argumentaciones de la sentencia, Peral y López "esperaron para la consumación del crimen a que la víctima estuviese dormida o descansando, sin que hubiese ninguna comunicación entre ellos. Ambos acordaron "difundir insinuaciones sobre un enfrentamiento entre la víctima y el exmarido de la acusada" para lo que ella inició esa noche premeditadamente "comunicación telefónica diversa con López". 

A lo largo de la madrugada del crimen, López se trasladó al domicilio de Peral y "conjuntamente o en colaboración activa" con ella agredieron y mataron "de forma violenta" a la pareja de esta. La sentencia les imputa a ambos el "estrangulamiento y el golpe o golpes que le causaron la muerte de manera directa y casi inmediata". El objeto contundente con el que golpearon a la víctima no se ha podido determinar en la causa.

Para simular que la víctima seguía viva, Peral y López mantuvieron activo su teléfono móvil, llegando a enviar mensajes. También se desplazaron hasta el domicilio del exmarido de ella con el móvil de Rodríguez encendido. 

El juez concluye que, durante la madrugada del 2 al 3 de mayo, los dos acusados condujeron el cuerpo en el coche de la víctima hasta la pista forestal donde fue localizado y quemaron el vehículo con el cadáver dentro sirviéndose de algún combustible, Al quedar completamente calcinado, los forenses no pudieron determinar la causa del fallecimiento.

Mes y medio de juicio

El juicio, alterado por el coronavirus, que obligó a acelerarlo con sesiones habilitadas por las tardes, se celebró durante mes y medio y en el mismo participaron 57 testigos, 38 péritos y 15 médicos forenses. Los 9 miembros del jurado popular realizaron 169 preguntas y para completar el veredicto tuvieron que responder a 27 preguntas. Este se hizo público el pasado 23 de marzo.

Rosa Peral, que se encontraba en la cárcel de mujeres de Wad-Ras de Barcelona, fue aislada al dar positivo por coronavirus y pudo hacer uso de su última palabra por videoconferencia. En este último alegato se declaró inocente y pidió "que el asesino de Pedro pague y que no se cometa una injusticia"

Acusaciones mutuas

López, en su turno final, declaró que su culpa había sido ser un "tonto del bote" al haber accedido a encubrir un crimen cometido por Peral: "Que descanse en paz aunque no fuera mi amigo". López también se definió en una sesión anterior como "ex adicto a Rosa Peral" y se mostró convencido que el crimen había sido "un caso de violencia machista con resultado inverso". 

Peral, en otra de sus intervenciones en la sala, aseguró que sufrió "violencia machista" por parte de López y que "tenía miedo de él" al verlo como un "psicópata muy violento". Afirmó no haber sospechado de la muerte violenta de Pedro hasta cuatro días después de los hechos. 

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