Comprometido, luchador, creativo, viajero y amigo de sus amigos. Así se presenta el cantante, músico y compositor franco-español Sargento García, que este sábado y domingo cerrará su gira Máscaras en la sala valenciana Loco Club.

En una entrevista concedida a 20 minutos, el cantante repasa la evolución de su música, su quinto disco Máscaras, con el que ha estado dos años y medio girando por tres continentes, así como la actualidad política con la que convivimos.

¿Cuál es su conexión con Valencia para haber grabado su último disco a caballo entre esta ciudad y París?

Llevo cuatro años viviendo aquí. El último disco lo hice entre Valencia y París, aunque el primero lo hice en Inglaterra, el segundo en Francia, el tercero en Jamaica y Cuba... Soy un viajero. Por casualidades de la vida estoy viviendo aquí, aunque he vivido en París toda la vida, pero soy de padre español. Todo hijo de inmigrante quiere vivir alguna vez en su vida donde han nacido sus padres. Para un parisino Valencia es una ciudad perfecta, porque tiene todo lo que no tiene París, la playa, el sol... La ciudad ha cambiado mucho desde que llegué.

De ahí que cierre su gira en Valencia.

Claro porque estoy en casa. Cuando he estado en un país siempre me intento quedar con lo mejor y me siento también de ahí. En Valencia conseguía la tranquilidad para trabajar.

Este disco ha sido clasificado como el trabajo en el que ha trabajado con más libertad, haciendo apuestas musicales incluso más valientes.

Son ya diez años de proyecto y este disco es una buena síntesis de esos diez años. Cuando compones no te planteas esas cuestiones de si es mi disco más maduro o no. Es como viene tampoco lo intelectualizas todo. Es como una síntesis de mis cuatro discos anteriores. Máscaras tiene ritmos caribeños a los que le he sumado la experiencia de estos diez años.

Y también ha incluido cómo no su ritmo más característico, la salsamuffin. Ha hablado muchas veces de ello pero, cómo podría definírselo a alguien que no lo haya escuchado nunca?

Cuando empecé a trabajarlo, lo definí como un puente musical entre Cuba y Jamaica. Tras unos años investigando, tiras de un hilo y salen muchas cosas. Ya no es sólo Cuba y Jamaica, sino que se trata de una investigación de los estilos musicales de las culturas híbridas. Es música para bailar pero con textos comprometidos.

Sus letras son muy reivindicativas y tiene palabras para todos.

Mi compromiso es más poético que político. Vivo en Europa y hablo de sus problemas, que no son específicos. Con mis letras me refiero más al lado filosófico de la problemática. No apunto a nadie o digo nombres de políticos, aunque muchas veces me entren ganas (risas).

¿Pero por qué tipo de revolución aboga?

Tengo una canción que dice "No me hables de revolución, sino de tu revolución". Esa es la revolución más grande. La humanidad tiene las claves para cambiar el mundo, pero actualmente es como si la humanidad pareciera un niño. No hay conciencia de humanidad. El día que el individuo cree su propia revolución cambiarán las cosas. Por ejemplo, los alemanes. Antes de la guerra todos siguieron a Hitler y ahora es el pueblo más pacifista de Europa, porque han tomado conciencia. Crecieron y entendieron que debían mirar más allá.

¿Cree que le Estados Unidos podría cambiar un poco su mentalidad, ahora que las elecciones están tan cerca?

Puede que Obama sea una buena palanca para cambiar las cosas, pero vamos a ver hasta dónde, porque aunque gane será prisionero de un sistema. Es increíble ver esta crisis, en la que hay cada vez más ricos que dan lecciones sobre la patria y son los primeros que sacan sus maletas de dinero para llevarlas a paraísos fiscales. Esa es la hipocresía del globalismo y del capitalismo. La crisis afectará a los más pequeños. Leí que el director de uno de los bancos franceses más importantes está ganando 300.000 euros mensuales. Aunque los impuestos le quitaran un 70%, ¿qué le queda? Parece que no nos damos cuenta de lo que está pasando.

¿Qué le parece la política de Sarkozy con respecto a la crisis y, sobre todo, que propusiera la ausencia de España en la futura cumbre financiera internacional?

No tiene mucho sentido que haya propuesto eso. Parece incluso una cosa algo personal. En cuanto a la política de Sarkozy, supondrás que no me gusta mucho. Se mueve mucho y no hace nada. Toma decisiones en tormentas y, como es hiperactivo, parece que haga muchas cosas. Decía hace tres meses que no había dinero en las cajas del Estado para cualquier tipo de programas sociales y, de repente, sanea los bancos con no sé cuántos miles de millones que se ha sacado de debajo de la manga. ¿Cómo es posible? Creo de verdad que la crisis la vamos a pagar todos.

¿Utiliza su música para por lo menos intentar abrir las mentes de la gente, para intentar cambiar algo?

Creo que sí. Lo que he logrado hasta ahora es ser un músico que a través de sus canciones puede hacer reflexionar sobre la sociedad y su entorno, aunque sean cosas como el medioambiente, como en la canción En este mundo de locos. También tengo temas como las baladas Tantas cosas y Canción de amor. Canto a mi época, soy un testigo, un artista con sensibilidad.

Un fuerza que se ve plasmada principalmente en los escenarios.

La verdad es que cuento con un grupo increíble de diez músicos africanos y franceses, que viven en Francia. Son muy buenos y transmiten mucha energía en directo. Cuesta tener grupos con diez músicos pero siempre que puedo los trato de juntar.

¿Cómo es que han decidido programar dos conciertos de cierre de gira en Loco Club?

Es la fiesta de despedida de esta larga gira de Máscaras, que ha durado dos años y medio. Mucha carretera, aviones, públicos, nuevos países como Europa del Este, Rusia, Marruecos, Egipto, Latinoamérica, Colombia, donde estuvimos por primera vez. El lunes partiremos a Bogotá, donde participaremos en el festival Rock al Parque, y ahí sí terminaremos la gira por fin. Como salimos el lunes a Bogotá, algo teníamos que hacer el domingo, así que programamos el segundo concierto (risas).

Y a seguir con proyectos como su radio virtual, Radio Timbo.

Sí la empecé hace un año y medio con mi hermano. Al principio esa bastante artesanal, sólo con mi computadora y el estudio de mi casa para meter los programas sobre música que no se oye en las radios más grandes. Como viajo mucho me regalan muchos discos que grupos que son muy buenos pero no suenan por ahí, así que me pareció una buena idea hacerlos sonar en mi radio independiente. Ha crecido mucho. Ahora tenemos 200.000 escuchas al mesa y sin ningún tipo de publicidad. Demuestra que la gente apuesta por proyectos no comerciales. Si las radios convencionales no se arriesgan... no avanzamos, pero hay que abrir espacios...

Loco Club: Erudito Orellana, 12. Sábado 25 y domingo 26. 22.00 h. 12 euros.

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