Pepe Rodríguez: "En hostelería, como el 90% de la población española, estamos jorobados"

El cocinero Pepe Rodríguez Rey.
El cocinero Pepe Rodríguez Rey, en una imagen de archivo.
RTVE.es
El cocinero Pepe Rodríguez Rey.

El cocurso de La 1 MasterChef regresa este lunes (22.05 h) con su octava edición, en la que hay nuevos perfiles de concursantes y nuevas pruebas. Es una de las ediciones más peculiares del concurso, pues regresa sin un final grabado, por el parón producido por el estado de alarma. El Chef Pepe Rodríguez, miembro del jurado, nos habla sobre el concurso, su cuarentena y la situación de la hostelería ante la crisis del coronavirus. 

Dice la nota de prensa de TVE que el jurado va a ser este año más exigente que nunca… Más exigente no se puede ser (risas) creo que es una coletilla que tienen. El nivel y la exigencia suben como sube todo en la vida, poco a poco. Los concursantes es verdad que cada vez vienen más preparados en todos los sentidos, porque uno que viene ahora a MasterChef practica más que uno que viniera a la primera edición, que no sabía a qué se enfrentaba. Pero el jurado no podemos ser más exigente, es siempre la misma.

¿Cuál es su principal labor? Sólo es tratar de dilucidar quién de los 16 concursantes es el tío o tía que está más preparada o preparado para ser el campeón, el que tiene la capacidad y habilidad de coger lo mejor de cada programa y usarlo para mejorar.

Después de ocho ediciones de MasterChef, más las de niños, celebrities… ¿Se cocina mejor en España, hay más interés? No creo que sea así, pero quizá podríamos preguntarlo dentro de seis y ocho meses, ya pasado el confinamiento. Ahora sí que no tiene la gente más narices que cocinar, ya sea un huevo frito o el peor arroz del mundo. Decir que MasterChef ayuda a que suba el nivel gastronómico del un país… es posible, pero muy despacio.

¿Y comemos mejor? Es paradójico, porque cuanto más hablamos de cocina, más programas hay, más libros… peor se alimenta la gente. Yo sondeo gente que viene al restaurante y me dicen que nunca habían a un restaurante con estrella Michelín y que a raíz del programa han ido a éste o aquel y eso hace que suba el nivel cultural y gastronómico de un país. Pero no, no creo que la gente se alimente mejor. Compramos y comemos demasiada comida procesada, creo que porque trabajamos demasiado o no tenemos tiempo libre y no lo invertimos en cocinar.

Hay muchos perfiles diferentes entre los concursantes, ¿la llamada de la cocina le puede llegar a cualquiera? Si, siempre ha sido así, lo que pasa es que antes no se veía. Veo a chavalitos muy jóvenes de 18 o 20 años lanzados a cocinar, preocupados por alimentarse bien. Yo ya tenía hace años clientes con profesiones y posiciones maravillosas que me decían que me cambiarían el puesto, que estaban locos por la cocina.

Sin embargo, es muy distinto cocinar en tu casa a hacerlo en la cocina de un restaurante… No es lo mismo afición que profesión. Eso es lo que no saben y eso se ve en que tras ocho ediciones de adultos ¿cuántos siguen trabajando en cosas relacionadas con la gastronomía? Han pasado 300 concursantes y la proporción que se queda es muy baja, porque cuando prueban la cocina profesional dicen ascuas, esto es otro mundo. Por eso les exigimos en MasterChef, no por pose televisiva.

Dar un servicio de comidas no es fácil, ¿verdad? Yo en estos días que llevamos de confinamiento, en mi casa, estoy cocinando feliz. Porque cocino a la hora que quiero y con el tiempo que quiero y eso no lo hago nunca, porque yo siempre cocino con rapidez y con estrés, eso es terrible. Es verdad que se tiene mecanizado, pensado y medido y con un equipazo en la cocina pero disfrutas lo justo. De la adrenalina de dar de comer a 40 en dos horas, eso es maravilloso, pero gracia me hace cocinar en casa.

Y claro, la gente se confunde, ¿no? La gente está en su casa y piensa “qué arroz más rico hace mi mujer, se tenía que apuntar a MasterChef”. Y cuando entran ahí se pegan el tortazo porque ven que no tiene gracia ninguna.

Ahora que cocinas en tu hogar, con tiempo… ¿Habéis cogido peso en casa? Hemos cogido todos sin quererlo, claro. Yo soy un tío que se controla mucho a la hora de comer y ahora desayuno, como y ceno y eso yo no lo hago nunca. Pero como ahora no tengo otra cosa que hacer me pego unas comidas que alucinas. Me siento a comer una hora y media, cosa que no hago nunca. Y eso que hacemos ejercicio, si no estaría como una bola.

Vamos a ver en esta edición lo de hacer 'tuppers' para toda la semana… Es una prueba muy bonita, porque es algo muy natural para mucha gente que se cocina el domingo para toda la semana. Pero los concursantes tienen que ver qué platos preparar, qué platos llegarían al viernes y que te lo puedas comer sin que sufra. Una patata congelada no es lo que mejor queda. Tienes que pensar en esa manera de cocinar y consumir.

¿Han acabado de grabar? Nos quedan dos programas, me parece. Tuvimos que parar cuando ocurrió todo ésto del estado de alarma. Lo reanudaremos en cuanto nos dejen, claro.

¿Este año ha salido ya el 'León come gamba'? Pues estamos muy cerca… no te voy a decir que igual porque aquello fue único y no sé si se podría repetir, pero cosas parecidas. Va a haber momentos muy potentes.

Si tuviera que probar con un solo plato si alguien sabe cocinar o no, ¿qué plato sería? No haría esa prueba así, porque puede que tu cocines muy bien y no hagas bien un arroz y no tiene nada que ver. Sería ver qué haces tú bien como amateur. Porque si eso lo haces bien al enseñarte aprenderás a hacer el arroz. Yo como profesional tengo cosas que se me resisten porque no las hago o practico habitualmente. Viendo lo que tú haces bien, puedo saber si ese tío o tía valen.

¿Cómo lleva como empresario el cierre de su restaurante, El Bohío? Pues como todos los colegas del sector y el 90% de la población española estamos jorobados. Hemos tenido que cerrar con un futuro incierto. La hostelería ha sido la primera en llevarse el golpe y vamos a ser los últimos en salir. Estamos preocupados, porque esto no pinta nada bien. Va a ser difícil. Lo vivo con preocupación.

¿A qué nivel de conocimiento mutuo han llegado los miembros del jurado? ¿Tienen grupo de Whatsapp? Nos conocemos mucho y tenemos grupo de Whatsapp, sí. Es verdad que el poco tiempo que no pasamos juntos, porque grabamos nueve meses al año, yo estoy deseando no mandarles un mensaje ni que me lo manden, porque estoy hasta las narices de estar con ellos (risas). Es mucho tiempo el que pasamos juntos. Seguimos manteniendo el nivel afectivo, personal y profesional y nos picamos, nos respetamos… pero lo aceptamos porque cada uno sabemos cuán importante es cada uno y lo que aportamos. Nos llevamos bien, pero deseando no verles la cara cuando toca.

En lo televisivo, ¿cómo se mantiene la pasión y el interés? Intentamos ser profesionales de la tele, aunque no me levanto por la mañana pensando en la tele. Pero tenemos la responsabilidad de dar el 100% y tenemos detrás un equipo que nos respalda, que son los que hacen el programa. Y hay una cosa que siempre le va a dar a cualquier programa la clave, que son los concursantes. Si tenemos unos buenos concursantes tendremos un buen programa. Es con ellos con los que la audiencia se identifica les ama o les odia.

Si algún concursante es más vacilón, más manso o hace reproches, ¿influye a la hora de valorarle? Claro, porque al final se generan muchas relaciones personales sin quererlo y si alguien va de vacilón todo el rato estás esperando al mínimo fallo. Cuando está bien se lo vas a decir, pero si está mal le vas a pegar porque se lo ha ganado a pulso. Eso pasa en cualquier trabajo o profesión. Es algo que no se puede evitar.

Sois personajes televisivos a los que la gente coge cariño, ¿qué es lo que le han dicho por la calle que más le ha marcado? Son tantas cosas las que te ocurren… no podría decir una sola. Te supera. Son tantas cosas que de alguna forma lo normalizas y a veces hasta lo esquivas y es una pena porque son los sentimientos de esa persona hacia ti, pero como ocurre tantas veces en ocasiones necesitas un minuto para pararte a pensar lo importante que es para esa persona.

¿Y cómo lleva esas muestras de afecto o cercanía o el fenómeno fan? He recibido cartas hablándome de que les hemos salvado, que estaban en un hospital y que el programa era su momento de salvación, te mandan dibujos, cartas… la gente lo lleva al extremo. A lo mejor te abraza una mujer en medio del comedor y se pone a llorar y el marido mirando. Otro que me pide que le de el anillo de pedida a su novia. Y yo digo ¡pero qué pinto yo en un momento tan íntimo! Pero te lo piden con todo el cariño y lo tengo que hacer. Me cuesta, pero…

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