La campaña invita a la ciudadanía a participar: por la compra de dos monas de Pascua en hornos-pastelerías de València, el comercio donará otra a los sanitarios de los hospitales, para que ninguno de estos profesionales se quede sin este dulce típico de las fiestas de la Semana Santa mientras trabaja para salvar vidas.

El reparto de las monas de Pascua ha arrancado este miércoles con una ruta que ha tenido como primer destino el Hospital General de València, seguido de La Fe y el Arnau de Vilanova. El jueves proseguirá con el Hospital 9 d'Octubre y Casa de la Caridad, y finalmente el sábado llegará al Hospital Peset.

La empresa de Harinas Molí de Picó es la encargada de hacer llegar las monas a los centros hospitalarios, que hoy han recibido entre aplausos el gesto de gremio panadero y pastelero valenciano.

Con esta iniciativa, el gremio de pasteleros y panaderos quiere agradecer el esfuerzo de los sanitarios y a su vez animar a la gente a acudir a los pequeños establecimientos a adquirir este tipo de productos.

A raíz del estado de alarma decretado por el Covid-19, son muchos los que optan por comprarlo todo en un mismo establecimiento, es decir, en un supermercado, ha explicado a Europa Press el presidente del gremio en València, Juanjo Rausell

Este es un sector con muchos "picos" de actividad en festividades como Fallas, Sant Donís, Navidad o, en este caso, Semana Santa, una época que supone alrededor del 15% de la facturación para este tipo de establecimientos. No obstante, como consecuencia del Covid-19, los establecimientos han reducido a la mitad la producción de las tradicionales monas de Pascua que se comen estos días.

Pese a ser uno de los sectores que puede abrir, por dedicarse a la alimentación y considerarse esencial, los panaderos y pasteleros están "perdiendo dinero". Casi la mitad de los negocios, en su mayoría pequeñas y medianas empresas, están sumidos en Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).

Y es que según ha explicado Rausell, estos negocios han visto caer su actividad entre un 40 y un 90%, según cada establecimiento, debido al cierre de locales de hostelería y turísticos a los que servían, al cierre de la parte de cafetería que algunos tenían o el descenso de venta directa a raíz del confinamiento y que ha hecho que la clientela se decante por un aprovisionamiento generalizado en supermercados.