El Mercado de La Ribera se cae a cachos. Así de claro. El estudio encargado por el Ayuntamiento de Bilbao a la ingeniería Labein es más que demoledor. La estructura de la plaza de abastos bilbaína, la más grande de todo Europa, no puede soportar ni un gramo sobre sus tres vetustas plantas, y, ni mucho menos, aguantar el peso de un nuevo mercado reconstruido sobre el actual.

Conclusión: habrá que derribar el mercado por completo, a excepción de un pequeña parte, para volverlo a levantar en su totalidad.

Hay datos aplastantes. Cada metro cuadrado del mercado puede soportar cien kilos de peso, cuando las normativas sobre mercados de abastos exigen que sean 500 kilos. Se salva el ábside más próximo a La Merced. Reformado tras las inundaciones, su hormigón está en buenas condiciones. Será lo único que sobreviva del mercado, junto a las ocho columnas principales que aguantan el armazón de la plaza.

En el resto, la arena de playa, y más concretamente las conchas, usada para revolver con el hormigón, han echado a perder la argamasa. Junto con la lluvia y las inundaciones lo han convertido en polvo.

Los responsables municipales dieron cuenta ayer de forma urgente de la delicada situación del mercado tras hablar con los comerciantes y la oposición. Y el Ayuntamiento está empeñado en que siga la actividad comercial mientras se reconstruye.

Su idea es la de traspasar los puestos a una mitad de la plaza mientras se rehace la otra mitad. Los puestos ocupan 1.500 m2 y el mercado tiene 10.000. Después, el plan es el de reproducir el mercado actual con variantes, como la de eliminar el ábside de a San Antón. En el proyecto de 1927, ese lado no existía. «No será una réplica».

El derribo está previsto que empiece en julio. La reconstrucción podría estar finalizada para mediados de 2012.