Durante el último año, en Vigo se han ahorrado 2,5 millones de metros cúbicos de agua, cantidad suficiente para abastecer durante un año entero a una ciudad de 34.000 habitantes, como Vilagarcía. Se ha pasado de 38,8 millones de litros en 2006 a 36,3 en 2007.

Estas medidas no afectarán sin embargo al pago mínimo que los vigueses abonan consuman lo que consuman de agua. Ese canon cuesta 32 euros cada dos meses.

La reducción del consumo se ha debido a las medidas puestas en marcha por el Concello y la concesionaria del Servizo Municipal de Auga, aqualia.  La colocación de válvulas que limitan la presión del agua y reducen el servicio por la noche, cuando apenas se utiliza el líquido, han permitido que haya menos pérdidas y que las averías se redujesen a la mitad e incluso en un 70%. Además, se han colocado contadores en edificios municipales para optimizar el consumo y evitar derroches.

De hecho, se detectó que la fuente de Castrelos funcionaba con un sistema de agua perdida, que ya ha sido cambiado por otro de agua reciclada, con lo que se ha conseguido un ahorro de 100.000 metros cúbicos de agua al año. Para mejorar el control hidráulico de la ciudad, Vigo se ha dividido en 11 sectores independientes que permiten controlar el abastecimiento de agua en trayectos de entre 80 y 150 kilómetros (la red de la ciudad tiene 1.027 kilómetros).

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