Maria Puig es una profesora de P3 del Institut Escola Pi del Burgar de Reus, que se ha animado a explicar cuentos a sus alumnos y a otros niños para ayudarles a gestionar el confinamiento. De forma altruista y a través del perfil de Instagram 'Batibulls i altres', relata tres cuentos diferentes cada día dirigidos a niños de entre dos y siete años. "Es su momento de paz, no hay dinero para pagar esto", expresa Puig.

La docente explica que, ante la petición de algunos padres y madres, decidió compartir los títulos que colecciona en casa, con mensajes que hacen reflexionar a los pequeños. La lectura de cuentos de esta particular biblioteca virtual está asegurada, al menos, durante buena parte del tiempo de confinamiento.

A raíz del cierre de las escuelas, Maria recibió mensajes de diversos padres y madres de su entorno que le pedían consejos y recursos para cubrir las horas en casa con los hijos. Ante estas peticiones, la profesora no se lo pensó dos veces y puso en marcha la iniciativa de explicar cuentos dos veces al día (una lectura en catalán a partir de las cinco de la tarde y después otra en castellano). En las últimas semanas ha multiplicado los seguidores en las redes sociales y ha llegado a lugares como Granada, el País Vasco y Alemania. "En cuestión de pocos días se esparció", relata, aún sorprendida por el buen recibimiento.

Desde que acabó la carrera de magisterio, Maria tiene como afición coleccionar cuentos y ya tiene más de un centenar. "Me gustan mucho, los tengo de todo tipo, soy muy sibarita con los cuentos y a los niños les gustan mucho", confiesa. Buena parte de los libros que tiene a casa "transmiten un mensaje" y los utiliza en su trabajo habitual en la escuela. Pone de ejemplo 'Orelles de Papallona' o 'La cosa que fa més mal al món', que trata de las mentiras. Así, con estas historias propicia que los niños reflexionen y conversen con sus progenitores después de la sesión.

Según Puig, muchos alumnos de su clase de P3 se conectan cada día para escucharla. Algunos de ellos tienen dificultades para gestionar los cambios y adaptarse a nuevas rutinas. "Se conectan conmigo y muchas madres me envían mensajes diciéndome que les va muy bien. Los echo mucho de menos y ellos a mi también", asegura Puig. Y reconoce que la acción también la ayuda a la hora de acortar sus horas de confinamiento, ya que escoger los cuentos, fotografiarlos, colgarlos a las redes sociales y prepararse para el directo también la mantiene ocupada durante un buen rato.

La docente tiene previsto mantener la actividad hasta que se acabe el orden de confinamiento. En caso de que explicase todos los cuentos, no descarta escribir nuevos con tal de no quedarse sin historias para explicar a los más pequeños.