Rafael de Pablo González es médico rural y lleva unas semanas muy preocupado por sus pacientes. Trabaja en el Centro de Salud de Luna, un municipio de la provincia de Zaragoza, desde el que tiene a su cargo cinco pueblos. En total, unos 300 habitantes, de los que la mitad supera los 70 años. Poblaciones muy vulnerables al Covid-19 que están detectando la peligrosa llegada a segundas residencias de personas procedentes de las ciudades.

Alerta contra la llegada de personas a segundas residencias en Girona 

"La sociedad está concienciada a nivel general pero hemos constatado un goteo incesante de aquellos que se saltan las medidas de confinamiento y están viniendo a pasar la cuarentena a los pueblos. Es una grave irresponsabilidad", denuncia este sanitario con más de 40 años de profesión a sus espaldas. "Hacemos un llamamiento al civismo para que no vengan. Aquí hay mucha gente mayor y una epidemia sería catastrófica. El riesgo de contagio y muerte por coronavirus es muy grande", clama.

Ante el periodo vacacional de Semana Santa ese temor aumenta. El Ministerio del Interior, a través de la Dirección General de Tráfico (DGT) y de la Guardia Civil, ha tenido que reforzar los controles nocturnos en las carreteras de salida de las grandes urbes para intentar evitar que de madrugada se produzcan desplazamientos no permitidos por el estado de alarma sanitaria.

Las multas por moverse sin motivo justificado durante estas semanas de restricciones pueden oscilar entre los 600 y los 30.000 euros. Pero más allá de que se trate de actos punibles, el facultativo recurre también a la carga moral de llevar la enfermedad a lugares cuya gran defensa contra ella es precisamente su aislamiento. 

R. de P.

"No se dan cuenta de que aquí nos conocemos todos y que se identifica muy bien al que viene de fuera. Pueden ser fácilmente señalados como quienes trajeron el coronavirus. Cuando les preguntamos nos dicen que ya estaban aquí antes de que se decretase el confinamiento pero sabemos que no es verdad", advierte, antes de remarcar la colaboración que mantienen con los agentes del instituto armado para destapar estas prácticas. 

El doctor De Pablo constata que los foráneos proceden de núcleos donde el número de afectados es muy elevado, y cita por ejemplo Madrid y Barcelona, Personas aparentemente sanas, lo que no supone ninguna garantía frente a una infección en la que se estima un alto porcentaje de asintomáticos.

Valpalmas, Piedratajada, Puentedeluna, Marracos y Lacorvilla no han registrado hasta el momento ningún contagio y su médico se ha propuesto luchar para que así siga siendo. "Estos pueblos son como residencias naturales. Un caso puede contagiar rápidamente al resto. Ellos son su propia red de apoyo. Se ayudan unos a otros", explica sobre unas zonas epicentro además de la agricultura y la ganadería, "actividades básicas que se verían muy dañadas si quienes se ocupan de ellas enferman".