La Guardia Civil ha detenido a tres rumanos como presuntos autores de un delitos de extorsión y explotación sexual al obligar a compatriotas suyas a ejercer la prostitución en un local de Cartaya (Huelva). Según la Guardia Civil, los detenidos son dos hombres, I.V., de 22 años, y A.F.M., de 20, ambos con domicilio en San Juan del Puerto; además de una mujer, A.C., de 20 años y con domicilio en un club de carretera sito en Cartaya.

Estas tres personas obligaban a dos mujeres rumanas, de 20 y 22 años de edad, a ejercer la prostitución en el citado Club, que se ubica en la carretera N-431. La investigación fue iniciada tras obtener, el 16 de octubre, informaciones sobre la situación en la que se encontraban las dos mujeres, por lo que agentes de paisano se introdujeron en los círculos próximos a las dos víctimas.

Tras las gestiones realizadas por los guardias civiles, se pudo conocer que las víctimas fueron captadas en un pequeño pueblo de Rumanía hace unos tres meses aproximadamente, por los dos hombres rumanos ahora detenidos, quienes se conocían con anterioridad pues eran de la misma región.

Después de viajar a España acompañadas por uno de estos hombres en un coche, con la promesa de que les habían encontrado trabajo, las dos mujeres se vieron obligadas a ejercer la prostitución en un club de carretera, hasta saldar la deuda contraída con los dos hombres, la cual ascendía a los 600 euros. Pagaron esta cantidad pero aún así, se vieron obligadas a seguir prostituyéndose, debido a las graves amenazas.

Los detenidos las amedrentaban con causarle daños a ellas y a sus familias en Rumanía. Durante estos meses, las chicas llegaron a proporcionarles a los extorsionadores más de 3.000 euros cada una. Además, mientras permanecían "trabajando" eran controladas por otra mujer en el interior del club, dedicada también a la prostitución, quien se encargaba de recibir el dinero para dárselo a los extorsionadores.

Las detenciones se realizaron de forma simultánea, durante la mañana del día 17, tanto en San Juan del Puerto, donde residían los dos detenidos, como en el interior del club, donde se detuvo a la mujer. La situación de las dos mujeres explotadas era "penosa, pues apenas si tenían prendas de ropa con las que vestirse".

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