La hija de la indigente quemada en un cajero escribe una carta sobre su madre

  • La hija de Rosario Endrinal se llama Xantal.
  • Dice que el crimen impidió la rehabilitación de su madre.
  • La describe como vital, alegre, extrovertida y elegante.

La hija de Rosario Endrinal, la indigente que murió quemada en un cajero automático en 2005 a manos de tres jóvenes, ha hablado en exclusiva para TV3 . Se llama Xantal, nunca ha querido conceder ninguna entrevista, pero con motivo del juicio ha escrito esta carta:

El lugar a donde íbamos era lo de menos, lo importante es que íbamos juntas

"Quizás un día como hoy, mi madre habría decidido que debía empezar a aceptar ayuda para volver a ser quien había sido", se lamenta Xantal, que se muestra convencida de que muchas familias saben lo que es tener a una persona que quieren en una situación como la de Rosario, hacer todo el que se encuentra en sus manos, pero, aún así, no poder cambiar nada.

"Podría decir tantas cosas de ella... que no sabría por dónde empezar. Si tuviera que definirla, quizás sería diciendo: "¡Madre, eres un canto a la vida!" Siempre me sorprendía: se aprendía las canciones que me enseñaban a la escuela para poder cantarlas conmigo mientras me traía en el coche.

Quizás un día como hoy mi madre habría decidido que debía empezar a aceptar ayuda para volver a ser quien había sido

El lugar a donde íbamos era lo de menos, lo importante es que íbamos juntas. Era la persona más vital, alegre y extrovertida que he conocido nunca. Tenía una sensibilidad extrema. Supongo que esto le ayudaba, porque de cualquier cosa, ya fuera un paisaje o una casa en ruinas, se inventaba historias que acababan siendo aventuras fantásticas, llenas de magia, en las que siempre ganaban los buenos; qué paradoja. Era tan elegante que la miraba durante horas mientras se arreglaba y se maquillaba.

Nunca me cansaba de repetirme que de mayor quería ser como ella. Supongo que todo lo que estoy escribiendo son recuerdos que muchas mujeres deben de tener de sus madres, y a esto me refiero: era una persona como cualquier otra de las que nos encontramos cuando vamos a trabajar.

Quienes la conocieron seguro que guardan el recuerdo de su sonrisa y la brillantez de sus ojos. Recuerdo muchos momentos buenos y no tan buenos, pero, al fin y al cabo, momentos que forman parte de su historia, la historia de mi madre."

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