Este miércoles, el actor Dani Rovira anunció que padecía una forma de cáncer conocida como linfoma de Hodgkin, y que se encontraba recibiendo la primera sesión de quimioterapia.
A pesar de ello, el mensaje de Rovira estaba teñido de un tono tranquilizador y decía que no tiene miedo, que su caso tiene buen pronóstico y que los doctores le habían transmitido "buenas sensaciones", si bien reconocía que llevará "estos meses una mochila, quizá, un poco más pesada".
Para profundizar más en los detalles de esta afección, 20minutos se ha puesto en contacto con Adolfo de la Fuente, jefe del Servicio de Hematología de MD Anderson Cancer Center Madrid.
¿Qué es el linfoma de Hodgkin?
El linfoma de Hodgkin es uno de los dos tipos de linfoma (cáncer que afecta al sistema linfático) que se da aproximadamente en un 20% de los pacientes. En total, afecta a unas 30 personas por millón. Causa el crecimiento de los ganglios linfáticos (unos pequeños órganos ovalados que poseemos en diversas partes del cuerpo, como la zona submandibular, las clavículas, las ingles y otras que no son perceptibles desde el exterior, como en el interior del pecho). Estos pueden inflamarse por distintas razones, pero en este caso sería por una causa tumoral.
¿A qué personas puede afectar?
Hay dos rangos de edad en los que se dan picos de pacientes; uno estaría entre los 20 y los 40 años y otro serían personas de más de 60. Además, es más frecuente en varones. Así que de hecho Dani Rovira sería más o menos el paciente tipo.
¿Cómo se trata este cáncer?
Hay que completar todas las piezas del puzzle. El diagnóstico se realiza por biopsia, y la mayoría de los pacientes no se encuentra mal al llegar, sino que acude al médico porque nota que le ha salido un bulto. Una vez que se establece cómo de extendida está la enfermedad, se decide el mejor tratamiento. En cualquier caso, la base es quimioterapia, que a veces puede reforzarse con radioterapia.
¿Que perspectivas tiene un paciente con este linfoma?
Aquí hay que entrar a valorar algunos factores; en concreto, cómo de avanzada está la enfermedad y la edad del paciente. En una persona joven que se encuentra en los primeros estadios de la enfermedad, tiene muy buen pronóstico; la remisión completa sin recaída (somos cautos a la hora de hablar de 'curación'), es decir, que la enfermedad desaparezca y no se vuelva a dar, se consigue en ocho o nueve de cada diez casos. Y, aunque a medida que se complica las posibilidades pueden bajar, en general tiene buenas perspectivas.
En el actual contexto de la crisis de coronavirus, ¿El linfoma de Hodgkin o su tratamiento pueden incrementar el riesgo para el paciente?
Esta es una cuestión interesante que los profesionales de la oncología estamos tratando de dilucidar. Por ahora, los datos preliminares parecen indicar que no aumenta el riesgo inicial de contagio. Aún así, es un problema más que afecta a la persona y que puede hacer la situación algo más complicada de manejar, ya que se trata de un linfoma agresivo que hay que tratar lo más rápido posible. Si se pospone el inicio del tratamiento, puede convertirse en un problema más serio cuando al inicio era algo que se podía tratar perfectamente.
Si no se trata, ¿Qué problemas puede provocar?
Un linfoma agresivo, si no se trata, puede provocar en primer lugar que crezcan los ganglios, y luego aparecerían fiebre, sudoración, malestar... cuando está más avanzado puede comprometer otros órganos, lo que puede causar distintos problemas al paciente y finalmente causa la muerte.
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