No estar dentro de una lista de morosos, tener un buen historial financiero o mostrar solvencia a la hora de poder devolver las cantidades son algunos de los requisitos en los que se fija una entidad bancaria a la hora de dar un crédito al cliente.

Sin embargo, en muchas ocasiones piden también presentar un justificante de ingresos para asegurarse de que se tiene una estabilidad económica que permitirá al cliente devolver la deuda. A los autónomos se les pide la declaración del IVA, mientras que los trabajadores por cuenta ajena han de presentar las últimas nóminas. 

¿Qué sucede en caso de tener contrato indefinido? 

El que una entidad bancaria conceda o no un crédito a su cliente va a depender únicamente lo exigentes que sean sus condiciones. Sin embargo, la conclusión más precisa que se puede sacar es que tener una estabilidad laboral va a ser una de las mayores garantías para conseguir el crédito. 

Ocho recomendaciones a tener en cuenta antes de pedir un préstamo al banco

Así, aquellas personas que no tengan trabajo o tengan un empleo pero con contrato temporal, lo van a tener más difícil para conseguir el crédito, ya que normalmente las entidades bancarias rechazarán la operación. 

Esto es debido a que si se necesita una cantidad de dinero para invertirlo y, posteriormente, no hay ingresos que puedan devolver esa cantidad y, además, con intereses, el banco no tiene garantías de que se vaya a devolver el dinero. 

Otro caso se puede dar si el cliente puede demostrar que el contrato temporal que tiene actualmente va a convertirse en un contrato indefinido. Lo mismo sucede en el caso de que el cliente del banco esté desempleado, pero pueda demostrar y dar garantías a la entidad de que próximamente volverá a trabajar. 

Aun así, cada banco tiene unas condiciones diferentes a la hora de conceder o no el crédito y todo va a depender de la situación personal del cliente. Además, pueden entrar en juego otros factores como, por ejemplo, la fidelidad o los años de antigüedad que tenga el cliente en ese banco o la posibilidad de que otra persona avale el préstamo.