El concejal denunciado por su escolta denuncia que todo es "un montaje"

  • Asegura que se trata de una "venganza" de sus guardaespaldas.
  • "Estaban molestos porque no habían comido"
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Fernando Borja Ulibarri, concejal del PSE de Iurreta (Vizcaya) que ayer fue detenido acusado de intentar besar a una de sus escoltas cuando estaba ebrio, ha asegurado que esta denuncia es falsa y responde a un "montaje" de sus guardaespaldas, después de que uno de ellos le asestara "cuatro puñetazos" en su propio portal.

Este corporativo, de 57 años, que tras ser puesto en libertad hoy ha acudido de nuevo a comisaría para denunciar a uno de sus escoltas -al varón- por agresiones, fue atendido ayer de sus heridas inicialmente en el ambulatorio de Durango, de donde fue derivado al Hospital de Galdakao.

Tras oír sus gritos de socorro durante la paliza que ha afirmado que le propinó el guardaespaldas y ver la sangre que sus heridas dejaron en la escalera, una de sus hijas que salió en su auxilio pensó que a su padre le habían pegado un tiro, según ha lamentado Ulibarri.

Visiblemente emocionado por lo ocurrido, este electo ha atribuido hoy la acusación de intento de agresión sexual a una "venganza" de sus escoltas, que se encontraban "molestos" porque no habían comido al mediodía, y por el resquemor que le guardaban al haber denunciado a sus anteriores compañeros por dejación de sus funciones.

El concejal, que ha afirmado que es afiliado al PSE-EE (este partido negó ayer que lo fuera), ha recalcado que no es un hombre "de beber alcohol" y ha afirmado que tampoco caben en su vocabulario las palabras soeces de las que ha sido acusado de dirigir ayer a la mujer que se encargaba de velar por su seguridad.

El edil, miembro del sindicato UGT, ha relatado que ayer asistió a la celebración de la festividad de El Pilar en el cuartel de la Guardia Civil de Durango, una fiesta en la que bebió "dos vasos pequeños de vino", de lo que ha precisado que es testigo un mando del Instituto Armado con el que estuvo departiendo.

Tras este acto, se desplazó hasta la sede de la agrupación socialista del municipio cercano de Zaldibar, donde tomó "un café y un pacharán".

Cuando por la tarde regresó a su casa y entró junto a sus dos escoltas al interior del portal, el varón le comunicó por sorpresa que había telefoneado a la Ertzaintza para hacerle partícipe de que se encontraba en estado de embriaguez y de que portaba un arma.

Me dijo: 'Usted de aquí no se mueve'; Y me pegó cuatro puñetazos"
"Cuando intenté irme, me agarró y me dijo:
'Usted de aquí no se mueve'. Y me pegó cuatro puñetazos. Yo salí corriendo para llamar a la Ertzaintza, pero él ya había llamado primero. Vinieron y me detuvieron.
Me han cogido de tonto", ha dicho.

Según el parte médico emitido ayer por el Hospital de Galdakao, el corporativo
presentaba diferentes traumatismos en la cara, con un hematoma en el maxilar izquierdo y peribucal, además de heridas en ambos labios. El informe recoge también que se cayó y se golpeó la espalda contra la pared.

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