Muchos nostálgicos se desesperan al conocer los nuevos ídolos infantiles: Pokemon o incluso Pocoyó no podrían competir con clásicos de los ochenta como David el Gnomo, D'Artacan o Willy Fog. Sin embargo, los gustos de los niños evolucionan y los dibujos animados tienen que cambiar con ellos para satisfacer a la demanda.

Carlos Biern, director de coproducción de BRB Internacional, de donde salieron los éxitos antes mencionados asegura que los niños cambian "mucho más rápido de lo que pensamos". "Los ochenta son muy nostálgicos para toda una generación -dice-, pero los niños de ahora están educados con internet y videoconsola. Están acostumbrados a algo más rápido, no quieren dramas y sí humor. Enseguida apagan la tele si algo no les gusta y no quieren episodios de media hora.

Por ello su compañía presenta ahora la serie 'Sucker', un espacio compuesto de sketches mudos de menos de dos minutos en el que se relatan las peripecias de unos seres que viven en el interior de los coches y se mueven a ritmo de hip-hop.

Los clásicos ya no funcionan

Carlos Biern, que está detrás de numerosos éxitos a nivel mundial, podría presentar ahora la nueva generación de dibujos animados.

Sin embargo, el éxito nunca está asegurado: a pesar de que muchos mencionan a los clásicos como Heidi o Marco en su lista de favoritos, el canal británico Channel 4 publicó hace poco una encuesta que buscaba el mejor dibujo animado de la historia liderada por los más modernos Simpsons, Padre de Familia o South Park. Sólo Tom y Jerry o Bugs Bunny se colaron en la clasificación.